Hace más de cuarenta mil años, en los albores del pensamiento simbólico, de la mente abstracta y de la conciencia, un antepasado nuestro anónimo penetró en la cueva cántabra de El Castillo y dejó su marca en la pared. Un punto sutil, de pigmentación rojiza, que supone, a día de hoy, la muestra datada de arte rupestre más antigua conocida. [...]