La emoción sonora
Habitualmente esta es una sección en la que unos reseñan o hacen crítica de las publicaciones de otros. Es lo normal en estos casos. Pues bien, haremos una excepción con el libro que nos ocupa, La emoción sonora de Josep Lluís Galiana, ya que es uno de nuestros colaboradores más fieles —casi podríamos decir “de la casa”—, y nos hemos preguntado: ¿por qué no es él mismo quien nos introduce en su nuevo libro? El resultado, el texto que pueden leer a continuación:
“La música electroacústica es capaz de generar emociones”
Me van a permitir que hable de mi último libro —La emoción sonora[1]— que la veterana editorial valenciana PILES Editorial de Música ha tenido a bien publicarme y que, en el marco del XXI Festival Internacional de Música Electroacústica Punto de Encuentro organizado por la AMEE, presenté en Valencia el pasado 15 de noviembre. Esa misma mañana, reunidos algunos de los miembros de la Asociación de Música Electroacústica de España y otros compositores, intérpretes y musicólogos presentamos la edición en papel de las Actas del Congreso[2] que con motivo del 25 aniversario de la AMEE se celebró en la capital del Turia en 2012. Si poco habitual es asistir a presentaciones de textos relacionados con la creación electroacústica, lo es menos el hecho de que en una misma sesión se den a conocer dos nuevas aportaciones editoriales.
Prometo volver sobre este segundo libro en un próximo Plano de inmanencia dado el interés de muchos de los artículos en él incluidos. Caracterizado por su transversalidad, este volumen de actas es fruto de la reflexión y del debate de un grupo de compositores pertenecientes a diversas generaciones. Desde autores que asistieron al nacimiento de la Asociación de Música Electroacústica de España hace más de 27 años, como Eduardo Polonio, José Manuel Berenguer o Andrés Lewin-Richter, hasta jóvenes compositores como Carlos D. Perales, Pedro Vicente Caselles o Miguel Álvarez Fernández, pasando por otros muchos creadores de contrastada trayectoria artística como Rafael Liñán, Edith Alonso, Ferrer-Molina, Iñigo Ibaibarriaga, Miguel Molina, Adolfo Núñez, Reyes Oteo, Diana Pérez Custodio o Stefano Scarani, todos ellos comparten en este libro, coeditado por la Universidad Politécnica de Valencia, sus ideas, sus reflexiones y sus poéticas sonoras. Una aportación teórica imprescindible y muy recomendable para situarse en el actual panorama de la creación electroacústica en España.
La emoción sonora es una selección de escritos musicales que hablan de una serie de acontecimientos musicales, describen situaciones sonoras concretas y reflexionan sobre determinados hechos artísticos que remiten a un período de tiempo comprendido entre los años 1992 y 2012 y a un espacio geográfico circunscrito a la ciudad de Valencia. En su mayor parte, estos textos son críticas musicales, entrevistas, reseñas y artículos publicados en el periódico Levante-El Mercantil Valenciano a lo largo de las dos últimas décadas, pero también se pueden encontrar notas a discos y a programas de conciertos, así como alguna conferencia, trabajo de investigación o monográfico inéditos o publicados en otros medios de comunicación especializados.
A lo largo de estos veinte años, he tenido la gran oportunidad de poder programar, organizar y asistir a innumerables conciertos, conferencias, debates y presentaciones de discos, libros y películas, y al mismo tiempo la gran suerte de escribir sobre la mayoría de esos eventos. Desde 1991, como secretario técnico de programación del Club Diario Levante, y más tarde, entre 1998 y 2013, como director de ese foro cultural perteneciente al rotativo valenciano ya citado, programé un sinfín de actividades de índole cultural, artística, social y política.
El principal objetivo de este primer volumen recopilatorio de escritos musicales es recuperar de la hemeroteca y de mi archivo personal una antología de textos que abordan infinidad de propuestas artísticas de incuestionable contemporaneidad. La creación electroacústica, la improvisación libre, las músicas experimentales y el arte sonoro, situadas en la más reciente vanguardia artística, son los géneros, manifestaciones, estilos y nuevas formas de hacer música tratados en las páginas de La emoción sonora.
Desde la primera entrevista realizada a algunos de los compositores miembros de Kambra Ensemble, un grupo valenciano que hizo su debut y único concierto en la sala del Club Diario Levante en el ya lejano 8 de mayo de 1992, hasta las crónicas del XIX Festival Internacional Punto de Encuentro celebrado en Valencia en noviembre de 2012 y organizado por la Asociación de Música Electroacústica de España, a cuya junta directiva he pertenecido entre los años 2006 y 2014, han transcurrido más de veinte años de frenética actividad musical. Centenares de artistas, creadores de todos los ámbitos y disciplinas, compositores veteranos y noveles, nuevos grupos instrumentales, solistas de relieve internacional y jóvenes promesas procedentes de todos los rincones del mundo habitan las páginas de esta selección de escritos. Una selección que no pretende ser rigurosa ni demostrar nada, sólo reflejar una larga etapa de actividad sonora que, además de dar testimonio de una serie de hechos artísticos, quiere contribuir a rescatar de la memoria lo que han sido y cómo fueron recepcionadas la creación electroacústica, la improvisación libre, el arte sonoro y demás músicas experimentales en Valencia en una época finisecular particularmente intensa, plena de incertidumbres y marcada por un convulso cambio de milenio.
La obra y el pensamiento estético de creadores como el cubano Juan Blanco; los franceses Jean-Claude Risset, Daniel Kientzy, Christian Clôzier, François Barrière, François Rossé, Bernard Fort, Phil Durrant, Antony Maubert, Philippe Moënne-Loccoz o Pascal Gaigne; el argentino Gonzalo Biffarella; el británico Andrew Bentley; el mexicano Rodrigo Sigal; el irlandés Michael Alcorn; el costarricense Otto Castro; los suecos Lars-Gunnar Bodin, Thomas Bjelkeborn, Johan Sundberg, Viktor Eriksson o Michael Larson; el húngaro György Kurtag; los griegos Andreas Mniestris, Panayiotis Kokoras, Theodore Lotis o Thanos Chrysakis; los suizos Peter Ehrnrooth o Germán Toro Pérez; la polaca Lidia Zielinska; el ruso Edison Denisov; los españoles Agustí Fernández, Gabriel Brncic, José Manuel Berenguer, Xavier Serra, Adolfo Núñez, Andrés Lewin-Richter, Eduardo Polonio, Arturo Moya, Pedro López, Consuelo Díez, José Iges, Miguel Álvarez Fernández, Markus Breus, Josetxo Silguero, Alfonso García de la Torre, Ignacio Monterrubio, Wade Matthews, Concha Jerez, Daniel Zimbaldo, Rafael Díaz, Joaquín Medina, José López Montes, Carlos Satué, Sergio Fidemraizer, Zulema de la Cruz, Pedro Guajardo, Fátima Miranda, Enrique Mateu, Manuel Bonino, Oriol Graus, Iñigo Ibaibarriaga, Guillermo Lauzurica, Diana Pérez Custodio, Juan José Eslava, Edith Alonso o los valencianos José Antonio Orts, Enrique Sanz Burguete, Llorenç Barber, Ramón Ramos, Miguel Molina, David Alarcón, Leopoldo Amigo, J. A. Bornay, Rafael Mira, Gregorio Jiménez, Julio Sanz, Javier Darias, Ramón López, Ferrer Molina, Voro García, Stefano Scarani, Ferrer Ferran, Antonio Pérez Abellán, Ricardo Climent, Víctor Vallés, Josué Moreno, Carlos D. Perales, Pere Vicalet, Vicent Gómez, Amores Grup de Percussió, Xelo Giner, Pep Llopis, Juanjo Guillem o Carles Santos, entre tantos otros, han sido el alimento que ha nutrido todos y cada uno de los escritos reunidos en este volumen.
La emoción sonora, caracterizada por un tono divulgativo, informativo y descriptivo, alejado de tecnicismos y vericuetos teóricos, está dirigida tanto a los creadores y músicos profesionales como a los lectores interesados en el arte en general y en la música en particular. No hay que olvidar que la mayor parte de los textos recopilados fueron escritos para ser publicados en la sección cultural de un medio de comunicación generalista. Espero y deseo, no obstante, que este libro ayude en sus investigaciones a musicólogos, historiadores y estudiantes; sirva de referencia y contextualización histórica a compositores e intérpretes, y entretenga a los aficionados a estas músicas y estéticas contemporáneas.
Los escritos han sido dispuestos en estricto orden cronológico y agrupados en seis períodos de tiempo. Las tres primeras partes de La emoción sonora cubren la etapa que va de 1992 a 1999 y las otras tres, del 2000 al 2012. Esta vertebración de los contenidos viene marcada por determinados acontecimientos que no sólo afectaron a mi labor como programador, crítico musical y creador, sino que influyeron históricamente en la evolución de estas músicas y manifestaciones sonoras en Valencia. Si bien la primera parte recoge el despertar tecnológico entre los compositores e intérpretes valencianos, la creación del Laboratorio de Electroacústica (LEA) del Conservatorio Superior de Música de Valencia o la puesta en marcha del Seminario permanente de creación electroacústica por parte del LEA y del Club Diario Levante, la segunda abarca una etapa más extensa caracterizada por la consolidación de Valencia como una ciudad a tener en cuenta en el panorama nacional e internacional de la creación electroacústica, la improvisación libre y la experimentación sonora. Con el cambio de siglo se ponen en marcha nuevos festivales y ciclos como, entre otros, el Aula d’altres músiques, Primavera Electroacústica en Valencia y, desde el año 2007, la celebración anual del Festival Internacional Punto de Encuentro en la ciudad de Valencia, convertida en sede oficial de la Asociación de Música Electroacústica de España (AMEE).
No descubro nada ni sorprendo a nadie si afirmo que la relación entre el público y la creación electroacústica y las músicas experimentales es problemática. No obstante, durante los últimos treinta años las circunstancias políticas, económicas, sociales y culturales en España han ido evolucionando hacia nuevos marcos de actuación que nos han homologado al resto de países de nuestro entorno. Las sucesivas reformas educativas, el incremento de los presupuestos destinados a la cultura y a la creación artística, y los rápidos avances en las tecnologías de la información y de la comunicación han logrado que muchas más personas se muestren interesadas por la cultura y, en especial, por el arte contemporáneo y sus manifestaciones más arriesgadas. Seguramente no sea suficiente y no haríamos bien en mostrarnos complacientes con la realidad actual, agravada entretanto por una larga y profunda crisis económica y financiera y por un gobierno neoliberal en claro repliegue ultraconservador y tradicionalista, que ha demostrado poca o ninguna sensibilidad por la cultura y el arte. Sin embargo, la proliferación de nuevos espacios culturales y de instituciones académicas ha conseguido ampliar, y mucho, los públicos que asisten y siguen de cerca las nuevas propuestas artísticas.
Asimismo, en estos últimos veinte años, he sido testigo de cómo las nuevas generaciones de compositores, intérpretes y artistas sonoros se han comprometido con las nuevas tendencias artísticas y de que nada de lo que provenga de la música producida por medios electrónicos les es ajeno. Y aunque la endémica brecha entre espectadores y creadores sigue abierta, espero y deseo que estos escritos, ahora recopilados en un libro, ayuden a transmitir y contagiar la emoción que siempre he sentido por la creación electroacústica, la improvisación libre, el arte sonoro y las músicas experimentales.
El título del libro, inspirado en una declaración que el compositor sueco Lars-Gunnar Bodin realizó durante su visita a Valencia en 1996, no sólo hace referencia a la posibilidad apuntada por este autor de que “la música electroacústica es capaz de generar emociones”, algo de lo que estoy completamente convencido, sino que nos remite a la capacidad de restitución de una parte de lo vivido, a marcar unas vivencias, unos sentimientos, unas inquietudes y unas emociones compartidas. Tal vez, sin pretenderlo a priori, es posible, y ese sería el objetivo de este trabajo, que esta recopilación de escritos logre restituir nuestra memoria sonora colectiva con una mirada hacia atrás y, al mismo tiempo, con la ilusión renovada de que nuestra emoción sonora continúe con más fuerza si cabe.
Notas
[1] GALIANA, Josep Lluís. La emoción sonora. De la creación electroacústica, la improvisación libre, el arte sonoro y otras músicas experimentales. Escritos musicales 1992-2012. Valencia: Piles Editorial de Música, 2014. ISBN: 978-84-15928-12-6
[2] VV AA. XIX Punto de Encuentro y Puntos de Escucha de la música electroacústica de España. Valencia, 13 al 18 de noviembre de 2012. Actas del Congreso en el XIX Festival Internacional de Música Electroacústica Punto de Encuentro y del 25 Aniversario de la Asociación de Música Electroacústica de España. Valencia: Universitat Politècnica de València / AMEE, 2014. ISBN-10: 84-695-6561-3; ISBN-13: 978-84-695-6561-2
J.L.G.
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