Con Joaquín Mendoza

Nos cruzamos en el camino del sonido, aún antes de nacer. Allí, en esos sonidos escuchados durante nuestras primeras vivencias, pueden estar muchas de las explicaciones de nuestras obsesiones del presente.

Joaquín Mendoza, nace en Caracas, un 26 de septiembre de 1980. Gracias a su padre, un gran melómano, desde pequeño  toma contacto con los grandes maestros del pasado, y los no tan lejanos: Stravinsky, Prokofiev, Berio, Ligeti, Stockhausen, etc.

De formación completamente autodidacta, su profunda vocación hacia el sonido estuvo marcada y guiada por esa nueva vanguardia de la música popular, llamada heavy metal, y concretamente por el impacto de uno de sus grupos más representativos, los ingleses Iron Maiden, y su disco publicado en septiembre de 1984, Powerslave. Los eléctricos y atronadores sonidos de la mítica banda británica alcanzaron los oídos de Joaquín cuando tenía 8 años: “desde que escuché el primer tema, Aces high, supe que quería hacer música”.

La música de Joaquín es abiertamente anti-academicista. Diferentes características nos llevan a ese juicio. Primeramente, elimina en su proceso creativo la siempre gran meta de crear “grandes” piezas, si por la extensión temporal es medido el arte. En sus obras encontramos al inicio,  un impulso motívico-sonoro que arrastra al resto de los sonidos, y los mueve en el tiempo  hasta agotar la  fuerza primigenia ejercida: dos minutos, tres, siete a lo sumo. No hay verdadero desarrollo, no hay una real evolución.

Un ethos mantenido, un solo afecto  atrapa al oyente, sumiéndolo en un estado muchas veces hipnótico.

Las piezas de Joaquín tienen la duración que podemos encontrar en cualquier canción de heavy  rock. Varése, otro de sus ídolos también posee piezas de duración reducida: “Hyperprism es la música del futuro”, nos comenta Joaquín.

A los trece años llega a sus manos su primera guitarra, instrumento que se convertirá en leitmotiv en su andar por el camino del sonido. Comienza formando parte de diversos grupos de música, y en ese mundo surgen sus primeros trabajos. Las influencias de aquellos momentos se centraban principalmente en el heavy metal y el rock progresivo: Slayer, Megadeth, Metallica, Frank Zappa, etc. Joaquín, como muchos artistas sonoros y compositores de hoy, tuvo en el rock más vanguardista y, si se quiere definir, radical o extremo de los 80 sus primeros ídolos. Todavía, a día de hoy siguen emitiendo ondas desde su tocadiscos.

A la edad de 15 años entra en contacto con otra de sus obsesiones, cuya influencia en su quehacer artístico es esencial: el cine. Y si entramos en el llamado séptimo arte, debemos nombrar al cineasta ruso Andrei Tarkovsky (1932-1986).

En el año 2012 aparece su primer trabajo, Quimeras. De esta trilogía nos adentramos en su primer disco, conformado por diez piezas. Joaquín utiliza samples, guitarras, síntesis digital. Ya encontramos aquí muchas de las características de su música: duraciones reducidas, sonoridades de gran dulzura electrónica, poética hipnótica (Tres equinoccios), y una vuelta a la modalidad, …and go south in winter… Aunque no deja de lado la creación sonora, si se quiere, más experimental en fascinantes piezas: How to become a socialité y Altazor.

Del tercer disco de esta trilogía, destacamos una obra de duración inusitada en su repertorio, algo más de 20 minutos. Un único sonido crece, evoluciona progresivamente  y encuentra en su camino sonidos percusivos provenientes del jazz y del tecno, creando un paisaje sonoro maravilloso. Pero este universo termina, unos meditativos sonidos de síntesis atrapan nuevamente al espectador…

La creación sonora de Joaquín es anti-académica, pues en un momento donde las músicas populares, o ligeras  son apartadas de todo ambiente académico, él no tiene miedo de adentrarse en ellas, rescatando ritmos, instrumentos,  ecos de la tonalidad  y la modalidad, pero siempre utilizadas estas últimas con la misma libertad con la cual se acerca el músico de rock… ”una película acerca del mar”, Quimeras I.

En el año 2013 verán la luz dos trabajos discográficos. Primeramente  Faith and the Swan Songs: guitarras, samples, distintos ruidos y síntesis digital son nuevamente las herramientas para la conformación de las nueve piezas de este disco. Seguidamente Túneles, un disco que incluye cinco piezas, donde Joaquín Sebastián irradia un espíritu de gran libertad creativa, sin márgenes preconcebidos, un trabajo de arte sonoro con gran personalidad.

En un momento donde los grandes temas existenciales imperan en la motivación o inspiración de la creación musical, Joaquín, en un alarde de ruptura con los preceptos académicos, nos sumerge en el humor por medio de muchos de los títulos.

…Quizás se electrocutó…         You better don’t go outside... the rain can burn you
…como una broma sólo para escépticos
What if we just activate the bomb?

Aquél que ríe de ultimo (the guitar song)
Faith and the Swan Songs go Shopping

…No more lost napkins, please

En 2014 nace el disco Bleu, un trabajo formado por cinco piezas electroacústicas de diferente factura. La incansable experimentación sobre el lenguaje sonoro, motiva a la escucha de este interesante trabajo. Ideas obsesivas,  guiños al minimalismo más experimental y ritmos mecánicos e hipnóticos.

and the forced him to drink her raw wax, o Why?

Why you threw Jean Seberg to the lions?

Destacamos un acercamiento de Joaquín a la música drone, en la pieza El momento en que la bala atravesó su cabeza. Desde la nada, un sonido emerge, viviendo cada instante, modificándose progresivamente, como el organismo que es y siente ser.

El año 2014 se cierra con la publicación del disco An army made of fparrots and a couple of knives.

“Mi acercamiento a la música electroacústica es bastante lúdico, me gusta construir cosas sobre las que puedo tocar, como si fuera una guitarra o cualquier otro instrumento, y lo hago con Pure Data”.

Su discografía hasta la fecha,  se concluye con el disco de 2015  Hace falta escuchar para respirar profundo: toda una declaración de intenciones sobre el acto mismo de la escucha, tan poco frecuente en nuestros días. Si en los anteriores discos, como ya hemos destacado, Joaquín utiliza diferentes procedimientos para la creación del sonido, aquí se centra en el lenguaje de programación Pure Data, siendo el único medio para alcanzar la síntesis sonora. Destacamos entre sus piezas …quizás se electrocutó. Movimientos ondulatorios, pausados y asimétricos. Una textural tela transparente nos atrapa y absorbe, una y otra vez, pues nos invita a refugiarnos en ella, en su frágil corporeidad, una y otra vez…

“Una vez que tenemos los sonidos, suelo tomar dos enfoques. Uno, hago una especie de partitura, ya sea con el teclado de un ordenador o con un controlador midi y grabo el sonido directamente. Otro de los enfoques que me parece interesante después de crear los sonidos, es poder crear secuencias que toquen esos sonidos”.

Adentrándonos un poco en ese quehacer multidisciplinar que  caracteriza a Joaquín, es muy  reseñable su  incursión en la pedagogía de la creación musical experimental, haciendo llegar ésta a los niños/as (de 9 a 99 años). Música experimental para niños es una de las apuestas más interesantes y novedosas del panorama sonoro actual, en cuanto a educación se refiere. Dicho proyecto toma vida en la web,  habiendo realizado hasta la fecha cuatro lecciones, dos a modo te tutoría on-line y otras dos en vídeo.

Joaquín encamina al niño/a a la experimentación creativa, y a recrear algunas de las técnicas de las vanguardias pasadas. Unos sencillos conocimientos  musicales del lenguaje musical son suficientes para la experimentación. Por medio de una detallada y muy cuidada guía, el infante,  ávido de adentrarse en la creación, puede alcanzar metas muy significativas.  La música como juego, el arte como entretenimiento existencial. El arte para todos, no sólo para los “especialistas”. Todos podemos hacer música, todos somos artistas, parece gritar Joaquín. ¿Fluxus?

embedded by Embedded Video

Paralelo a su actividad musical,  se adentra en la creación sonora con vídeo. En dicho terreno destacamos Despertares, de 2011, calificada por el propio Joaquín como una especie de Haiku. Las imágenes fijas, la poética del detalle mantenido en el tiempo, nos recuerdan, sin duda, al maestro Tarkovsky.

embedded by Embedded Video

También de 2011, la pieza de video ¡¡Granadas!!, un trabajo más abstracto que el anterior, donde imágenes volátiles geométricas hipnotizan al espectador.

Joaquín Mendoza protagonizó un monográfico sobre su trabajo en el prestigioso programa Ars Sonora, dirigido y presentado por el artista sonoro Miguel Álvarez Fernández, en la temporada 2014-2015. Su última aparición sobre los escenarios la encontramos en los encuentros AVLAB 2016, organizado por el GRS (Grupo de Resistencia Sonora de Madrid).

 

Licencia Creative Commons
Con Joaquín Mendoza por Juan José Raposo Martín, a excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.