Exomúsica y Resonancia Mórfica
Acerca de la cuestión de cómo pueda ser la música que se produzca en otros planetas habitados, lo primero que deberíamos preguntarnos es si el “hecho musical” es una actividad estrictamente humana. A veces damos por hecho cosas que son interpretaciones y prejuicios que se corresponden con el geocentrismo, actitud filosófica que hoy todavía habita nuestras mentes, por más informados que estemos sobre nuestra realidad cosmológica. Quizás, hasta la actividad artística en general sea un concepto estadísticamente improbable en la lotería de las culturas planetarias. En realidad sabemos poco más que un par de cosas: que una atmósfera (o un mar) es necesaria para albergar la vida en un planeta, y que esta atmósfera (o este mar) es necesario para que se produzca el sonido, que es el medio a través del que transmitimos la creación sonora.
Realmente, cualquiera de las dos posibilidades resulta apasionante: que la música sea una singularidad exclusiva en nuestro planeta o que se dé en todos los planetas habitados con una civilización lo suficientemente avanzada para producirla.
Considerando la segunda posibilidad, se nos abre un campo tan inmenso de especulaciones que resultaría inmanejable para tratarlo desde el punto de vista científico e incluso el filosófico. Si lo que podemos afirmar acerca de cómo se inició la actividad musical en nuestro propio planeta es tan poco: ¿cómo podemos aventurar propuestas sobre la forma que podría adoptar en otros planetas? En el caso de nuestro planeta, parecemos creer que toda actividad musical debió iniciarse a partir del ritmo… pero nadie puede estar seguro de ello. Quizás el canto de los pájaros fuera el referente exterior inicial, pero hay ciertas filosofías que pueden asegurar que se trata de una actividad propia del cerebro humano, como una especie de necesidad parecida a la del sueño…
Dada la excesiva complejidad de la cuestión, quizás sea más efectivo dejar esta disciplina especulativa en manos de los propios artistas, quienes con su amplia capacidad imaginativa y su “inspiración” podrían llegar más lejos y aventurar propuestas más fiables y concretas.
Esto se ha pretendido desde el proyecto Alina, convocando a varios artistas (cuyo trabajo se desenvuelve en terrenos inexplorados) para que participen en el primer borrador que inaugurará lo que podríamos llamar una “nueva disciplina música”. El problema de esta disciplina pudiera residir en el hecho de será considerada (al menos en un primer momento) como una tarea poco seria, en modo parecido a como ocurrió con la ciencia ficción literaria, pero con el tiempo (y dado que ahora podemos afirmar que estamos seguros de que existe la vida en muchos otros planetas) podría llegar a convertirse en una labor respetada, en estrecho contacto con la ciencia y la psicología. La ciencia ficción literaria disfruta hoy (dentro de entornos de elevada preparación cultural) de un cierto prestigio, gracias a la labor autores tan respetados como Stanislaw Lem o Arthur C. Clarke: ¿Podremos disfrutar un día, entre las filas de músicos contemporáneos, de un Lem o de un Brunner?
El trabajo de autores científicos como Rupert Sheldrake, con su teoría de la Resonancia Mórfica, podría servir muy bien de acicate: no sería raro que cualquier día nos levantemos con la noticia de que las teorías de este artista de la ciencia han sido comprobadas de manera irrefutable, en cuyo caso podríamos afirmar que el hecho musical es una actividad universal que en su momento fue iniciada en cualquier planeta y que se reprodujo, a través del mecanismo de la Resonancia Mórfica, en otros planetas como el nuestro. Por el contrario, si algún día pudiéramos afirmar que la música es una actividad singularmente humana, Sheldake afirma que será cosa de esperar para que esta necesidad sonora acabe reproduciéndose en cualquier otro lugar del universo y, a partir de ese momento, expandirse de manera exponencial: entonces seríamos los humanos los primeros en haber trabajado en este terreno.
La Exomúsica promete un campo de juego tan amplio como apasionante y erudito. Su primera manifestación se presenta en el CD Exomusic publicado por Alina Records hace un par de años y ahora lo podemos obtener en descarga libre. Se puede pensar que desarrollar tal “disciplina” es un trabajo tan ignorante como infructífero, y sería entonces este mismo pensamiento tan infructífero e ignorante como la propia disciplina. La diferencia reside en que la “disciplina” avanzaría hacia delante, mientras que el pensamiento crítico a ella permanecería arrebujado en el estático terreno de la ignorancia…
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