Festival Musica Sur: de las cenizas…
Vuelve Música Sur, un festival que nunca debió irse. Bajo la dirección artística del pianista Juan Carlos Garbayo (Premio Nacional de Música con el Trío Arbós, formación residente de Música Sur), este ciclo dedicado a la música de cámara desplegará su decena de conciertos del 23 al 29 de septiembre en la localidad granadina de Motril. Entrevistamos a Juan Carlos para preguntarle sobre este renacer del festival y la propuesta que presenta para esta edición.
Sul Ponticello: En 2011 anunciábamos (y denunciábamos) la desaparición del Festival Música Sur. Siempre nos ha parecido terrible lo sencillo que resulta hacer desaparecer la iniciativa cultural de calidad y lo difícil que es darle forma y sacarla adelante. Pero reconstruirla es posiblemente más complicado todavía. ¿Cómo ha sido posible?
Juan Carlos Garvayo: Tras cinco años de silencio, solo ha sido posible gracias a la ilusión latente de numerosas personas que reclamaban de manera insistente el regreso del festival. Música Sur se convirtió en una especie de símbolo reivindicativo local de lo que no debe suceder con la cultura en nuestro entorno. Una vez que las condiciones políticas y económicas lo permitieron, no dudamos en embarcarnos de nuevo en este maravilloso proyecto.
S.P.: Esta resurrección suponemos que ha traído nuevos planteamientos…
J.C.G.: El formato de Música Sur ha sido prácticamente el mismo desde la primera edición. Es esencialmente un festival de música de cámara de una semana de duración con solistas y formaciones residentes que interactúan en torno a un repertorio muy diverso que va desde las obras maestras de la literatura camerística hasta repertorio menos conocido o prácticamente olvidado. En esta nueva etapa hemos sobre todo ampliado el número de intérpretes, el número de conciertos y la diversidad de estilos musicales.
S.P.: Música Sur es un festival que se presenta como una reunión en torno a lo camerístico, pero evitáis deliberadamente la especialización en otros aspectos. Así, por ejemplo, podremos encontrar música de los últimos tres siglos. ¿Cuál es el planteamiento conceptual sobre el que se asienta el proyecto?
J.C.G.: El planteamiento conceptual es muy simple y a la vez muy poderoso: Intentamos programar solo música e calidad que los intérpretes toquen con curiosidad y con gusto. Evidentemente, es un criterio muy subjetivo, pero ¿hay algo que no sea subjetivo en el arte.

El Trío Arbós, grupo residente del festival
S.P.: Pollini hablaba de que los diferentes tiempos históricos deberían servir al intérprete para mantener viva la música. La obra clásica es nutritiva para la contemporánea y viceversa, no pueden verse como compartimentos estancos, no existen las barreras entre pasado y presente. ¿Estás de acuerdo? Quizá esta idea pudiera valer para definir el Festival Música Sur…
J.C.G.: Estoy totalmente de acuerdo con el Maestro Pollini. Así lo he sentido y practicado durante todos los años de mi carrera como concertista y así trato de trasladarlo a Música Sur. Pienso que, para el público en general, la especialización (aunque pueda ser muy fructífera en otro ámbito) es siempre reductora. Es fantástico, por ejemplo, comprobar con qué naturalidad el público asume y disfruta obras actuales cuando entran en diálogo con el repertorio histórico. No hay nada que explicar, nada que justificar. Simplemente hay que dejar que la música suene en manos de músicos de calidad y comprometidos para que el público disfrute de esa experiencia sin barreras mentales ni prejuicios estéticos. En nuestro festival se podrá escuchar a Vivier o a Haas al lado de Ravel o Schumann, o cante jondo al lado del último cuarteto de Beethoven.
S.P.: En lo referido a la música de nuestro tiempo, espacio que cubre nuestra revista, vemos la presencia de algunos nombres relevantes como SIGMA Project, además de, claro está, vuestra formación –el Trío Arbós- con una amplia trayectoria en este sentido. ¿Puedes contarnos qué se podrá escuchar en esta edición en torno a la creación actual?
J.C.G.: SIGMA Project tocará los cuartetos para saxofones de Georg Friedrich Haas y el de Claude Vivier (Pulau Dewata) en la transcripción para su formación de Walter Boudreau, que además será estreno en España, así como una amplia selección de las deliciosas Pagine de Salvatore Sciarrino. El Trío Arbós interpretará el Gonars Trio, del compositor y ex-ministro de cultura de Croacia, Berislav Sipus; y el cuarteto de cuerda Cosmos, las Canciones de la diáspora de Roberto Sierra, junto a la soprano Andrea Jiménez y yo mismo al piano. Junto al Cuarteto Diotima tocaré el Quinteto de Alberto Ginastera y ellos tocarán lo que sin duda será una versión inolvidable del quinto cuarteto de Bartok.

El cuarteto SIGMA Project
S.P.: Otro aspecto que nos ha llamado la atención es la presencia de alguna actividad dirigida a niños…
J.C.G.: Siempre incluimos alguna sesión para público infantil. Este año será una estupenda transcripción para conjunto amplio de cámara con recitador de Pedro y el lobo de Prokofiev realizada por el compositor británico David Matthews. Fuera de programa, la violinista Cecilia Bercovich y yo mismo como recitador, nos acercaremos a varios colegios de Motril para ofrecer a los niños el cuento Ferdinando musicado por Alan Ridout.
S.P.: Y también hay un espacio dedicado al cine, ¿en qué consiste?
J.C.G.: Consiste en la proyección de películas históricas sin sonido con la interpretación en vivo de la banda sonora por conjuntos de cámara. El año pasado se proyectaron películas de Buster Keaton y Evgueni Bauer con grandísimo éxito. Este año será el turno de El asesinato del duque de Guisa (1908) un film de André Calmettes para el cual Camille Saint-Saënsncompuso la primera banda sonora escrita de la historia.
S.P.: Tampoco os habéis olvidado de la gastronomía…
J.C.G.: La gastronomía es uno de los pilares de la Costa tropical de Granada y tradicionalmente una de las grandes aficiones de cualquier músico que se precie; por eso nos trasladaremos al restaurante Museo del azúcar para entretejer un programa muy variado con un menú de once platos basado en las algas como hilo conductor. El humor tendrá un lugar muy importante en esta sesión en la que también se interpretará una selección de la obra Tapas de María de Alvear.
S.P.: Uno de los defectos que siempre tuvo el desaparecido Festival Internacional de Música Contemporánea de Alicante fue la falta de integración del ciclo en la ciudad, hasta el punto de llevar a la indiferencia o el rechazo de los alicantinos. ¿Cómo habéis trabajado este aspecto en Motril? No da la impresión de que hayáis descuidado este aspecto…
J.C.G.: Lo de Alicante era sangrante. El desapego en la ciudad era constatable año tras año y a nadie parecía importarle demasiado hasta que desapareció de un plumazo. Música Sur no es un festival especializado en música actual y desde su nacimiento ha estado encarnado de manera natural en el tejido social motrileño. Se concibió con la idea de crear una oferta para un público ansioso de actividad cultural y es por tanto un festival deseado y esperado. Aún así, no dejamos de pensar en fórmulas para atraer a público no habitual de concierto de música “clásica”. En este sentido, las proyecciones con música en vivo, el flamenco o la gastronomía funcionan de maravilla.

El Teatro Calderón de Motril
S.P.: Varios de los conciertos del Festival Música Sur Motril tienen lugar en el Teatro Calderón, un espacio bastante especial. ¿Puedes comentarnos un poco sobre él?
J.C.G.: Es una joya. Un teatro decimonónico restaurado con un aforo mediano cuyo espacio abrazo a músicos y público casi en una misma dimensión propiciando momentos de rara comunión en torno a la música. Lamentablemente, los terciopelos de los cortinajes y butacas que decidieron incorporar tras su restauración afean lo que podría ser una acústica natural de calidad, pero tengo la esperanza que alguna vez se subsane este defecto y podamos tener el teatro que la ciudad merece desde el punto de vista acústico.
S.P.: Por otra parte, desde una perspectiva más general, la crisis va dejando paso a una situación de “calma chicha” que no beneficia a la iniciativa cultural pero que quizá obligue a repensar muchas cosas, como las vías para que un festival pueda autofinanciarse sin la ayuda pública. ¿Cómo ves esta situación?
J.C.G.: Las vías existen y hay que explorarlas, pero se necesita entusiasmo, energía y creatividad para hacerlo. Eso es lo que veo que en general escasea. Música Sur se financia en gran parte gracias a la iniciativa privada: numerosas aportaciones de empresas locales que han empezado a comprender la importancia de formar parte de proyectos culturales de calidad y prestigio. Para ello es necesario primero probar ante la sociedad que un festival de música “clásica” puede ser un acontecimiento cultural tanto para los ciudadanos como para los visitantes que se acerquen con ese reclamo y después hay que insistir y perseverar para conseguir los apoyos. Nada es fácil pero en este festival somos muy afortunados de contar con un equipo involucrado al máximo que no descansa ni un solo día para que esto sea posible.
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