Christina Scheppelmann, la ópera y sus circunstancias
Aprovechando la presentación de la temporada 16-17 del Gran Teatre del Liceu de Barcelona entrevistamos a su directora artística, Christina Scheppelmann. Una europea nacida en Alemania que ha desarrollado gran parte de su carrera profesional en Estados Unidos, pasando por la ópera de Washington y Los Ángeles, y que llega al Liceu, donde ya estuvo como asistente de dirección, después de poner en marcha la Royal Opera House Masquat (Omán).
Antonio Hernández Nieto: Próximamente presenta la temporada 2016-17, la primera propiamente suya, ¿cómo se prepara una temporada para un teatro como el Liceu?
Christina Scheppelmann: Antes que nada, no es propiamente mía, es la temporada del Liceu. La responsabilidad de un director artístico desde que asume su cargo es total y su personalidad se percibe desde el primer momento con el día a día, la gestión de anulaciones, imprevistos, el trato con el equipo, etc. La temporada tiene que programarse en base a la alta calidad artística, equilibrio y necesidades, para ofrecer un buen producto al público y hacer que la temporada, a su vez, sea sostenible.
A.H.N.: ¿Diferiría mucho de la que haría para otro teatro? ¿Por qué?
C.S.: Mucho no sé, pero se diferenciaría. Sí. Porque cada teatro tiene un público específico, está en una ciudad y una sociedad con circunstancias específicas, una historia diferente, con títulos hechos y no hechos, distintos… estas son las razones principales, para vestir una temporada, aunque hay más.
A.H.N.: ¿Qué destacaría de la temporada que presenta?
C.S.: Elektra, Quartett, y Thaïs. Elektra por la potencia de la obra, la producción del gran Patrice Chéreau y las tres cantantes principales, Waltraud Meier (Klytämnestra), Evelyn Herlitzius (Elektra) y Adrianne Pieczonka (Chrysostemis). Por otro lado, Quartett es una producción muy potente de Alex Ollé, Alfons Flores y Franc Aleu [todos habituales de La Fura dels Baus], una música de Luca Francesconi, dramática y teatral, que ya ha tenido mucho éxito en Buenos Aires, Viena y Ámsterdam. Finalmente, Thaïs, con Placido Domingo por tercer año consecutivo en la programación del Liceu.
A.H.N.: ¿Cómo ha incluido lo contemporáneo en esta temporada?
C.S.: Poniendo una gran obra como Quartett, que trata de dos examantes que se encuentran atrapados en un juego de manipulación y seducción en el que está muy presente el tema del mal. La marquesa de Merteuil propone una apuesta al vizconde de Valmont para seducir a Cécile, su sobrina virgen, pero él prefiere el reto de cautivar a Madame de Tourvel, una esposa fiel.
A.H.N.: Y en las temporadas que le siguen ¿cómo pretende asegurar la presencia de óperas contemporáneas?
C.S.: Desde la dirección artística tenemos la firme responsabilidad de velar por el repertorio contemporáneo, tanto de repertorio como de música de nueva creación. Por lo tanto, procuraremos programar títulos del siglo XX y el XXI en la justa medida. No tenemos que olvidar que Donizetti, Verdi y Strauss en su momento también fueron contemporáneos…
A.H.N.: Los teatros de ópera programan danza con regularidad ¿qué tipo de danza se podrá ver en la próxima temporada?
C.S.: En la próxima temporada viene el Ballet Nacional del Sodre de Uruguay, dirigido por el gran Julio Bocca, el Ballet Preljocaj de Aix-en-Provence, una gran compañía francesa, e incluimos IT Dansa, la joven compañía del Institut del Teatre de Barcelona, que tiene una gran calidad de jóvenes bailarines del país y un lenguaje propio muy interesante.
A.H.N.: ¿Cree que es más fácil incorporar la danza contemporánea que la ópera contemporánea a los programas de los teatros? ¿Por qué?
C.S.: No. Yo creo que ni lo uno ni lo otro es difícil. Solo tengo que tener en cuenta que en el Mercat de les Flors ya hacen danza contemporánea y, por lo tanto, no se puede duplicar la programación en Barcelona, tenemos que complementarnos entre todos.
A.H.N.: ¿Qué obras de nuestro tiempo le gustaría poder programar en el Liceu?
C.S.: Prefiero no mencionar obras específicas. Hay muchas que son nuevas e interesantes y hay que ver lo que cuadra en la programación en las próximas temporadas.
A.H.N.: ¿Cuál es la importancia del director musical a la hora de incorporar el repertorio contemporáneo a la programación de un teatro de ópera?
C.S.: El director musical, Josep Pons, es importante a la hora de decidir el repertorio que vamos a programar. De hecho, estamos en diálogo continuo sobre las obras de las distintas temporadas.
A.H.N.: ¿Condicionan los espacios escénicos las óperas de nueva creación que se programan? ¿Espacios más pequeños favorecerían la creación y programación de dichas óperas?
C.S.: No necesariamente, depende del tipo de obra.
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