II Festival NAK: música contemporánea desde la colaboración

Entre el 12 y el 17 del pasado mes de septiembre, Pamplona abría su programación cultural para dar cabida al II Festival de Música Contemporánea de Navarra, NAK 2016. Una cita, “peleada” por el Centro de Música Contemporánea Garaikideak, que no entiende un panorama musical sin presencia de obras de nueva creación, perspectivas intelectuales diversas, y espacios comunes entre público, compositores e intérpretes.

Un festival con más musculatura, que ha ampliado jornadas, escenarios, actividades y que ha contado en esta ocasión con formaciones consolidadas como Ensemble Sinkro, Proyecto Ocnos, Coral de Cámara de Navarra, Orquesta Sinfónica de Navarra y los bordeleses Questions de Tempéraments, con figuras como François Rossé, Etienne Rolin, Philippe Laval y Marie-Bernadette Charrier, compositores e improvisadores reconocidos internacionalmente.

Uno de los conciertos simboliza, quizás, algunos de los cimientos sobre los que se asienta este festival: un eje temático  que sirve de nexo para todo el programa –en este caso, el 80 aniversario de la Guerra Civil española; la puesta en valor del patrimonio cultural; la inclusión de piezas inéditas; y el carácter innovador, con un público subido al escenario, eliminando cualquier barrera entre músicos y espectadores. Así surgió “Sonidos negros. Un homenaje a Federico García Lorca”, cinco obras de estreno absoluto para solistas y la Orquesta Sinfónica de Navarra, que fueron interpretadas el pasado 16 de septiembre en el Auditorio Baluarte. Tanto los autores (Yolanda Campos, Ignacio Fernández Galindo, David Cantalejo, Urtzi Iraizoz y Patxi Damián Rodríguez) como los solistas (Sergio Eslava y Manuel Gil, saxos, Javi Pérez, clarinete, Xabier Olazabal, acordeón, Aitor Urkiza, txistu, y Tania Loza, piano) pertenecen al CMC Garaikideak.

 

La Orquesta Sinfónica de Navarra, dirigida por Joseba Torre

Decía el crítico y musicólogo Xabier Armendáriz, en su reseña al concierto en un medio local, que las colaboraciones entre compositores e intérpretes instrumentales, siempre han sido enriquecedoras a lo largo de la historia. “Los intérpretes tenían la oportunidad de investigar sobre las posibilidades de sus propios instrumentos y, los compositores, perfeccionaban su escritura y encontraban su propio lenguaje como autores”.

Para Ignacio Fernández Galindo, compositor y uno de los impulsores de NAK, esta idea es clave. “Una de nuestras señas de identidad es la integración de instituciones y músicos, apoyados en orgánicos ya centenarios, como la Orquesta Sinfónica de Navarra, que fundó Pablo Sarasate. Por eso, en nuestro trabajo interno, propio de un laboratorio de creación, buscamos alianzas de este tipo. Por un lado, los intérpretes solistas son el nexo entre la nueva música y la orquesta; y, por otro, la orquesta desarrolla las narrativas de cinco autores aportando, bajo el magisterio del director Joseba Torre, una lectura pública muy distinta a la programación más tradicional”. Yolanda Campos, directora artística y también compositora, añade que “esta colaboración se fraguó en la primera edición. Han creído en el proyecto, esta vez ampliando su participación a la orquesta completa. Estas sinergias artísticas proporcionan un enriquecimiento para todos los agentes implicados y son necesarias en la escena musical navarra”.

El Festival NAK es una consecuencia natural del trabajo previo de este grupo afincado en Pamplona, pero proyectado a comunidades cercanas como La Rioja, Euskadi y Aragón. Así, desde sus inicios, los intérpretes han sido esenciales para dar forma a las creaciones. “Existe un objetivo común –insiste Ignacio Fernández Galindo-. Estudiar la sonoridad y la estilística del solista a partir de su instrumento, y la relación con el mensaje de nueva creación. La juventud es circunstancial, pero también es cierto que autores e intérpretes vamos evolucionando, con una horquilla de edades que va desde los 20 hasta los 43 años. No obstante, ha sido el impresionante trabajo de estos solistas el que nos ha hecho crecer como autores, con sus propuestas, matices y reflexiones. No nos cabe ninguna duda”.

Homenaje a Lorca desde diferentes miradas

Desde su creación en 2010, el CMC Garaikideak ha tratado de estudiar, desde un enfoque crítico, las consecuencias de la Guerra Civil en general (represión, exilio, censura, involución pedagógica y cultura, etc.) y, en la música contemporánea, en particular. Esta referencia es la que encadena las cinco obras: La fragilidad del sentido (un viaje de introspección al interior del poeta), Lola 4.45 (que contrapone uno de sus poemas con la hora en que fue fusilado), Elegía del silencio (un canto hacia la dualidad vida-muerte, entendidas como algo metafísico), Euri (lectura en clave musical de unos versos que acercan la música gitana y el txistu) y Se le vio caminando entre fusiles… (una reivindicación de la figura de Lorca que arranca en el poema de Antonio Machado). “Partimos de un hilo conductor –explica Yolanda Campos- que dé coherencia al planteamiento, pero no tenemos una estética común ni compartida. Esto que, a priori, puede parecer una carencia, nosotros lo vemos como una oportunidad en cuanto a diversificación de lenguajes creativos, puesto que mantiene intacta la libertad de creación de cada autor. Tanto la aproximación al escritor granadino como la poética de cada composición son diferentes”.

La inclusión de obras de estreno (13, a lo largo de este festival) es un compromiso fundamental desde un punto de vista divulgativo. “La cronología ayuda en el arte a ligar el presente con la actualidad, pero el tiempo de la creación trasciende esos mismos límites. Es imprescindible que los estrenos absolutos tengan su espacio, para que el público aprecie qué diversidad de lenguajes tenemos en 2016. Y de la misma manera que lo más moderno no es lo más reciente, tampoco concebimos que los estrenos no tengan un eje común sobre el que exponer material sonoro. La libertad individual de los autores no tiene más límite que la inspiración parcialmente condicionada. En 2015, el eje fue el tiempo musical y la filosofía, en 2016, la infamia de la Guerra Civil y Lorca como símbolo trágico, en 2017… ya se verá”, expone Ignacio Fernández Galindo.

Y la propuesta escénica, íntima, con el público en el escenario, a la misma altura que la orquesta que daba la espalda al patio de butacas, una manera de explorar otros formatos. “Nos planteaba un reto muy importante –explica Yolanda Campos- y una implicación técnica enorme, pero ha supuesto una increíble experiencia visual y sonora para los espectadores”.

 

Licencia Creative Commons
II Festival NAK: música contemporánea desde la colaboración por Ana Domínguez Vizcay, a excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.