La irreverencia de Conlon Nancarrow
Nancarrow estableció con el mundo una relación de irreverencia.
Hablar de irreverencia en el contexto de un homenaje[1] parece inadecuado, sin embargo la irreverencia es un elemento fundacional de la música de Nancarrow. Antes que nada, es necesario definir lo que la irreverencia significa en este contexto. De acuerdo a la RAE, la irreverencia es simple y llanamente falta de reverencia, es decir, falta de respeto o admiración. Esta definición no responde a la presente premisa, por lo tanto es necesario descartarla por una más acorde a lo que trataré de comunicar en este texto. Para Jan Verwoert, artista holandés con un gran interés por la apropiación y la historia, los irreverentes son descritos de la siguiente manera:
“Los irreverentes no son simples incrédulos o irrespetuosos. No carecen de creencia o respeto como tal. Simplemente eligen no invertir su creencia y respeto en lo que generalmente es considerado como creíble o respetable –en su lugar, se lo dedican a algo o alguien más. Como la irradiación, la irreverencia describe un flujo de energía. En la irreverencia, la reverencia toma una dirección distinta. Tú le das tu amor a otra persona o cosa que la sociedad no considera deseable […] Implica la insistencia en el derecho a determinar la dirección de tu propio deseo. Aunque tal vez ‘insistencia en el derecho’ es una expresión inadecuada. En lugar debería de ser ‘aceptación de la posibilidad’ para dejar que el deseo determine su propia dirección y, en pocas palabras, dejar que tu cuerpo decida a dónde deseas ir.”[2]
Recapitulando las ideas de Verwoert, la irreverencia no debe ser entendida como falta de reverencia, más bien es un modo de admiración por las particularidades específicas de alguna persona o cosa del pasado. Quienes practican este tipo de irreverencia se caracterizan por brindarle su energía, amor y tiempo a aquello que en general no se considera digno de reverencia. Por lo tanto, las y los irreverentes le otorgan futuro y presente a algo que, desde la posición ideológica, estética o cultural imperante y mayoritaria no lo merece. Lo irreverente está impulsado por el deseo, pero el deseo no como falta o vacío sino como exceso. Lo irreverente es deseo y desbordamiento que no responde a la inercia de los tiempos que corren y conlleva de manera intrínseca la posibilidad de un futuro abierto, es decir, lo irreverente mantiene el futuro incierto. Por eso, Verwoert se refiere a la irreverencia como un contrato generacional entre las y los que se han ido, los que están y las que vendrán para mantener e impulsar prácticas, costumbres y culturas donde imaginar cualquier tipo de mundo está permitido. Esta incertidumbre sobre el porvenir es el regalo que los y las irreverentes le dejan a las generaciones que vendrán a su vez que es el presente que nos han dejado los irreverentes que nos precedieron. Asimismo, la irreverencia tiene un efecto sobre el tiempo; esta genera una temporalidad organizada por el afecto rompiendo toda clase de linealidad cronológica, es por eso que las irreverentes escapan a todo tipo de líneas de tiempo o narrativas históricas homogéneas y determinantes. En pocas palabras, Nancarrow escapa a cualquier tipo de homenaje ya que al tratar de capturar a Nancarrow dentro de una tradición significa traicionar el espíritu irreverente que posibilitó su obra y vida.
Me resulta complicado tratar de integrar a Conlon Nancarrow al panteón de la historia por estas razones y por eso es que, en mi opinión, ciertas narrativas históricas a su alrededor adolecen de sentido y carecen de un entendimiento profundo de la magnitud de su obra.
Nancarrow marca desde sí mismo la dirección de su música; su música no solo está condicionada por el contexto social, ni por su tradición musical, nacionalidad o determinada por los medios de producción, ni por la tecnología/técnica de su tiempo. Especialmente no está definida por la recepción profesional, social o política de su obra. Sin embargo Nancarrow estableció una serie de vínculos con otros artistas de otros calendarios y/o geografías; pero no lo hizo trazando genealogías o adherencias estéticas explícitas. El modo en el que lo hizo responde más a la idea de resonancia que de genealogía. Es decir, como una irradiación que, por un lado, provoca vibraciones en cuerpos empáticos y por otro, vibra en empatía con otros evitando una organización jerárquica o lineal como la del circuito. Este modo de organizar el tiempo y el espacio no surge de la nada en Nancarrow; este pensamiento está fuertemente vinculado a su actividad y quehacer de carácter político. Por eso su filiación política es tan importante para comprender su búsqueda; son las decisiones en el ámbito más general de su vida las que definen su trabajo como artista. Si admitimos esta premisa como cierta, no es irrelevante entender la vida del artista a la vez que se entiende a profundidad la realidad formal y autocontenida de su obra.
Entonces, la obra de Nancarrow no puede ser comprendida de manera aislada y esto implica una re-valoración sobre el tipo de relaciones que nos es posible establecer con su música y el tipo de relaciones que conviene trazar a posteriori entre su obra y otras. Es fundamental comenzar entendiendo que la música occidental académica ha tendido al desarrollo armónico dejando de lado lo rítmico; Nancarrow ha invertido su tiempo, afecto y energía, quizás más que nadie, en producir una música que favorece los aspectos rítmicos, temporales y formales sobre los aspectos tímbricos, armónicos y melódicos. Este músico no desarrolla lo que puede ser considerado como aspectos centrales de la música académica: descarta en la gran mayoría de su trabajo a los instrumentistas favoreciendo el uso de autómatas en su lugar, favorece la simplicidad melódica, homogeneidad tímbrica, sentido armónico laxo entre otros rasgos. Esto implica muchas cosas desde mi punto de vista, aunque el presente texto me permite mencionar tres brevemente:
Lo primero que cabe reiterar es que Nancarrow dirige su reverencia hacia un elemento del pasado que históricamente había sido descartado como secundario, lo cual coincide con el concepto de irreverencia de Verwoert. Dicho impulso genera relaciones no-lineales con los referentes culturales y artísticos que Nancarrow tiene sobre desarrollos rítmicos relevantes, más bien su búsqueda creativa está impulsada por un deseo personal de crear una música orientada al tiempo.
Charles Amirkhanian, en la entrevista que le ha hecho al compositor en 1977 en la Ciudad de México, sugiere que el interés de Nancarrow en el ritmo y lo temporal se debe en parte a su escucha de música de diferentes culturas ajenas a la occidental cuyo énfasis gira entorno al ritmo. El compositor revela una idea opuesta a la que Amirkhanian plantea:
“Sí… pero no… es en sentido inverso, ¿sabes? He tenido esta idea de lo temporal en la música tiempo atrás y es por esto que me aproximé a estas culturas, estas culturas no me pusieron en la cuestión del tiempo, yo me aproximé a estas culturas para saber qué hacían con ello”[3]
Nancarrow se posiciona en proximidad a otras músicas que favorecen el ritmo, no adopta el interés en el ritmo y lo temporal como efecto de su contacto/consumo con/de estas músicas; es el deseo de una música orientada al tiempo lo que le da sentido a su búsqueda. Al orientar de esta forma su práctica musical, su obra se distingue de otros experimentos vanguardistas del modernismo musical al evitar la apropiación de intereses culturales “exóticos” como estrategia para “producir novedad” en el ámbito occidental.
Además, el compositor desde un gesto intelectual que, como Hartman sugeriría, invita “a partir de la ingenuidad y no desde el escepticismo radical” es capaz de explorar terrenos novedosos para el ámbito de la música ya que reorienta sus prácticas alrededor de una serie de preguntas que asemejan más inquietudes personales que grandes proyectos de investigación como los que caracterizan a la generalidad de compositores académicos. A pesar de que sus experimentos formales requieren un entendimiento técnico excepcional y la mayoría de sus obras proyectan con una claridad extraordinaria los conceptos que plantean pueden ser intuitivamente aprehendidos desde una “escucha simple”. Es posible profundizar este punto al analizar estudios como el 21, 27, 33, 37, etc. sin embargo no es posible agotarlo dado el alcance y objetivo principal del presente texto pero vale la pena señalar dicha característica y tal vez profundizar en esta idea en otra ocasión.

Olla de barro de Metepec con cubierta de cuero natural. Manufactura de Conlon Nancarrow. Propiedad familia Nancarrow-Sugiura. Archivo: Adriana Sandoval, Autor: Marcute Velasco
Por último, una premisa clave para entender la obra de este artista resuena con la frase de Verwoert: “Es en el amor exclusivo por las particularidades que un amor incluyente por el mundo […] viene a brillar.”[4] Aquí es fundamental contrastar y comparar a Nancarrow con uno de los compositores más relevantes del siglo XX: Henry Cowell. Desde un espíritu más en relación al modernismo y en contraste a Nancarrow, Cowell intenta desarrollar una teoría íntegra de la música mientras que Nancarrow se concentra en la particularidad del ritmo y lo temporal para producir una música plenamente orientada al tiempo.
En el texto Outside the Feedback loop Kyle Gann ha hecho énfasis en la relación de los conceptos contenidos en el libro de Henry Cowell, New Musical Resources con la obra de Conlon Nancarrow. Asimismo pone a Nancarrow en relación con otros compositores, todos norteamericanos excepto Stravinsky y Bartok. Gann reniega de la categoría de maverick (disidente de acuerdo a google translate) en relación a la figura de Nancarrow; tal vez yo no logro captar el sentido pleno de la palabra maverick ya que el referente cultural es bastante norteamericano, pero coincido con Gann al cuestionar el aparente aislamiento de Nancarrow y posicionar a este artista mexicano en relación a otros músicos. Nancarrow ciertamente no puede ser entendido en aislamiento sin embargo tampoco puede ser integrado plenamente al canon del experimentalismo norteamericano y no creo conveniente trazar una línea “genealógica” directa entre Cowell y Nancarrow. Estos dos compositores comparten muchos rasgos en común, la proximidad geográfica y cultural es uno de ellos, pero sin lugar a duda, es el fuerte interés por el ritmo su principal vínculo. De manera similar a su relación con la música de culturas no occidentales, Conlon dedica su tiempo y energía a algo que en el ámbito de la música académica no se consideraba digno de reverencia, esto es la investigación teórico-práctica de Cowell alrededor del Rhythmicon, el Cuarteto Romántico y el libro The New Musical Resources[5]. Es indispensable precisar que Nancarrow no muestra una afinidad con toda la obra de Cowell, ni con todos los aspectos de su investigación, es un muy particular interés en el ritmo armónico expresada en el libro aquí mencionado lo que le motiva. Reitero, es el deseo de Nancarrow de producir una música orientada al tiempo lo que pone en proximidad a ambos compositores, Nancarrow pretende rescatar una particularidad en la obra de Cowell. Asimismo, es curioso que Cowell haya expresado en diferentes ocasiones que tanto el Rhythmicon, el Cuarteto Romántico y los conceptos vertidos en el New Musical Resources son tecnologías, obras e ideas que serán exploradas por las generaciones por venir. Esta investigación rítmica le pertenecía a los que fueron después de él y los que somos ahora; la investigación alrededor del Cuarteto Romántico, New Musical Resources y el Rhythmicon son un enorme espacio de posibilidad y es en esta incertidumbre que Nancarrow encuentra un nicho. El contrato generacional que describe Verwoert parece definir bastante bien la relación que Cowell y Nancarrow han establecido.
El modo en que Nancarrow se relaciona con sus pares, con músicos de otras culturas, espacios lejanos y con otros calendarios no es puede definir como una relación directa. Para hablar de la posición de este compositor en el mundo es necesario referirnos a un tiempo-espacio construido desde la irreverencia; particularmente un tiempo que se organiza por afecto y más allá de relaciones cronológicas, por lo tanto una temporalidad que no puede ser narrada desde la Historia. La Historia depende de la cronología, de la causalidad de los eventos, es decir, de relaciones directas; todo tipo de relaciones que no están ligadas por la causalidad lineal no caben dentro de la Historia. Desde la irreverencia se pueden posicionar en proximidad todo tipo de sujetos y objetos, además es posible crear todo tipo de redes y relaciones heterodoxas e impensables siempre susceptibles a cualquier tipo de re-interpretación ya que, repito, la proximidad no está determinada por la cronología sino por el afecto. Desde un tiempo no-lineal e irreverente es posible encontrar en proximidad a Conlon Nancarrow, Earl Hines, Dan Deacon, Ernesto Ramírez, Joseph Haydn, Nick Collins y Guillaume de Machaut sin la mediación y a pesar de los siglos, instituciones, ideologías y océanos que les separan.
Es necesario entender una obra tan compleja y singular como la de Nancarrow como un espacio de posibilidad abierto; es decir, con uno o varios sentidos por explorar y que mientras mayor sea la diversidad de voces alrededor de esta obra mayor será su alcance. La obra en cuestión tiene la capacidad de abrir horizontes de futuro amplios donde no es solo el canon occidental tradicional y académico el que se nutre de la obra de Nancarrow, todo tipo de aproximaciones provenientes de todo tipo de espacios y tiempos son capaces de significar la música de este compositor.
Hoy en día, cambiando abruptamente de registro, el futuro se ha cerrado enormemente para los y las más jóvenes, tal vez Nancarrow vivió una sensación similar en su juventud cuando el fascismo, el macartismo, el nacionalismo, la segregación aunada a las leyes Jim Crow le cerraban puertas y estrechaban su mundo. De manera similar en la actualidad, las y los más jóvenes se ven obligadas a buscar sentido ante la brutalidad de un mundo que se repliega a fuerzas similares a las que Nancarrow tuvo que enfrentar cuando era joven. A pesar de esto, Nancarrow logró mantener el futuro incierto; es decir, construyó un tiempo que es de todos y en especial de los que vendrán. Por desgracia, cuando se hacen homenajes hay aspectos de estos que están enfocados en reafirmar la versión canónica de la obra de Nancarrow, por lo tanto, inhiben relatos no tan convencionales sobre este artista y lo que provocan es cerrar cualquier posibilidad de plantear una visión diversa sobre la obra y vida del artista. Me pregunto, ¿cuándo hablaremos de visiones sobre la obra de Nancarrow como la que el programador y músico británico Nick Collins propone? ¿qué mención merece la influencia que Nancarrow ha ejercido sobre el compositor multifacético Dan Deacon o Ernesto Martínez, co-fundador del proyecto de rock progresivo mexicano Micro-ritmia? Me pregunto, ¿cuándo podremos relacionar el midi-art o el black midi con la obra de Nancarrow? También me pregunto, ¿México no es un país adecuado para articular un relato sobre Nancarrow heterodoxo y distinto al canónico?
Para concluir, me resulta necesario que, desde estas latitudes, honremos el contrato generacional que el irreverente Nancarrow ha establecido con Cowell, otros músicos y otras culturas musicales similares que le precedieron. Para esto es fundamental mantener el futuro abierto; es decir, subvertir toda esta ridícula reverencia a Nancarrow y honrarlo al darle vida a sus ideas, que son lo que realmente nos ha legado. El valor de la obra de este artista reside en el ímpetu irreverente que motiva su quehacer artístico y el modo en el que le da dirección a su deseo. Las particularidades de la música orientada al tiempo que Conlon Nancarrow ha revelado son alucinantes y contienen un horizonte de posibilidad vasto, tan vasto como para albergar a muchos mundos dentro.
REFERENCIAS
Verwoert, Jan (2008). On Future Histories: And the Generational Contract with the No Longer and Not Yet Living And the Pan-Demonium of Irreverent Styles of Nostalgia. Stok, Frank van der. Question History – Imagining the Past in Contemporary Art, Amsterdam, Holanda: NAi010 publishers.
Gann, Kyle. Outside the Feedback Loop. Consultado el 27 de febrero del 2018.
Gann, Kyle. 2006. The Music of Conlon Nancarrow,. New York: Cambridge University Press.
Amirkhanian, Charles. An interview with Conlon Nancarrow. Consultado el 13 de mayo del 2018.
[1] Este texto surge como una reflexión preliminar a una mesa de discusión en la cual participé sobre el legado de Conlon Nancarrow que se llevó a cabo en la Ciudad de México en Noviembre del 2017 como parte del homenaje “Mecánica Nancarrow” en Casa del Lago. El texto aquí presente es una respuesta crítica a la posición curatorial del homenaje que, a su vez, coincide con una visión más o menos convencional (una visión de manufactura anglosajona y de pretensión universal) de lo que la música de Nancarrow puede significar.
[2] Traducción del autor. Original: “[…] Irreverent people are neither simply disbelievers nor disrespectful. They do not lack belief or respect as such. They merely choose to not invest that belief and respect in what is generally regarded as credible and respectable but instead dedicate it to something or someone else. Like irradiance, irreverence describes a flow of energy. In irreverence, reverence takes a different direction. You give your love to someone or something other than what society deems desirable… It implies the insistence on the right to determine the direction of your desire yourself. But maybe ‘insistence on the right’ is the wrong expression. It should rather be the ‘acceptance of the possibility’ to let desire determine its own direction and, practically speaking, let your body decide where you want to go.”
[3] “yeah… except no… it’s a little reversed you know? I have this idea of time in music way back and that is why I went to these cultures, the cultures didn’t put me into the time thing I went to these cultures to find out what they were doing with it”
[4] “it is in the exclusive love for the particular that an all inclusive love for the world … comes to shine through”
[5] Tan no es considerado digno de reverencia este aspecto de la obra de Cowell que este año y el próximo (2017-18) es el centenario de dicho libro, al igual que del Cuarteto Romántico y, ni la academia, ni ensambles prestigiosos, ni las mayores instituciones de peso en el ámbito musical, llevarán a cabo una conmemoración, al menos no en México.
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