Ensemble DRAMA! Nuevos conceptos: el intérprete extendido
Presentamos la segunda entrega de esta nueva sección entre2o+, que quiere indagar en las inquietudes de los grupos de cámara y formaciones dedicadas a la música de nuestro tiempo, a la vez que ayudar a la difusión de aquellos proyectos de nueva creación. El grupo invitado es en esta ocasión Ensemble DRAMA!, un proyecto creado en el entorno del CSMA (Conservatorio Superior de Música de Aragón), y que tiene a Nacho de Paz como director musical.
En nuestro editorial de este mes de marzo se señala que la preocupación por lo escénico es un denominador común de los dos primeros ensembles presentados en la sección, NeoArs Sonora y DRAMA!. Esta idea es la que vertebra inicialmente la interesante charla que hemos tenido con varios miembros de DRAMA! y que sin más demora transcribimos para el lector. Una conversación que va jalonada de algunas muestras de su trabajo, encabezadas por la de su más reciente proyecto, LUP!, estrenado el pasado 7 de febrero en el ESPAI ERRE de Barcelona.
Sergio Blardony: Lo primero que viene a la cabeza es preguntar por vuestro nombre. ¿Por qué “DRAMA!”?
Lluïsa Espigolé: Con el nombre “DRAMA” se resume en una sola palabra toda una declaración de principios: una propuesta experimental que reúne música, palabra y movimiento con claras y marcadas referencias a la experimentación artística y escénica propia del teatro postdramático y de la performatividad. Y a la vez, las mayúsculas y el signo de admiración -”DRAMA!”-, como símbolo de la irrupción de esta propuesta alternativa en la escena musical contemporánea.
Bueno, tengo que decir que estoy respondiendo esta pregunta pero en realidad soy la “benjamina” del grupo, no por edad, jajaja, pero sí por haberme unido hace poco al proyecto… Los que sí participaron desde su creación son mis compañeros Rafa, Céler y Dani.
Sergio Blardony: Por alusiones…
Daniel Buendía: A juzgar por nuestro resultado final, si dijésemos que el nombre está inspirado en Nietzsche probablemente nadie nos creería, así que, ¿qué más da? Suena bien.
Rafael Murillo: Está inspirado en la interpretación que de la tragedia griega –una forma de drama- hacía Nietzsche en El nacimiento de la tragedia. DRAMA! desde su origen ha perseguido la creación de un nuevo repertorio, basado en la unión de lo que la especialización ha separado en áreas estancas y que en este libro Nietzsche –en realidad refiriéndose al drama Wagneriano- especialmente critica:
“[…] muchas artes en actividad suprema y, sin embargo, una sola obra de arte – eso es el drama musical antiguo.”
Nos pareció que podía definirnos, que sonaba bien y nos gustaba que en la mayoría de idiomas se escribiera y pronunciara prácticamente igual.
Sergio Blardony: El director teatral Jerzy Grotowski, en el “acta fundacional” de su teatro pobre hablaba de que el teatro experimental, tal como lo concebía él en ese momento, debería huir del eclecticismo, del teatro como entramado de disciplinas. Todo eso, según su planteamiento, era puro artificio, una cáscara que había que retirar. Ha llovido mucho desde entonces y DRAMA! parece formulado de forma opuesta, como afirmación de algo que es reflejo de nuestro tiempo: lo multidisciplinar. ¿Asumís esta definición?
Lluïsa Espigolé: La asumimos al cien por cien. DRAMA! pretende reflejar la contemporaneidad en todos los aspectos relacionados con la realidad que convivimos a diario: los medios tecnológicos a nuestro alcance, la red como fuente de información y de comunicación, la cultura multitarea y del sampling… Tienes mucha razón cuando dices que ya ha llovido mucho desde los planteamientos del acta fundacional de Grotowski. Aunque en el fondo podamos compartir con él una cierta voluntad de reposicionar al intérprete, nos separa un abismo de más de cincuenta años de cambios en el contexto social, político y cultural.
Rafael Murillo: Grotowski nació en 1933 y estamos en el 2015 –por cierto el año en el que J. Fox viajaba al futuro en Back to the future II-. Quiero decir con esto lo mucho que ha llovido desde entonces y que el teatro “experimental” de esa época con dificultad puede ser experimental hoy. Nuestro contexto no tiene nada que ver con el de hace más de medio siglo y por ende, la música o el arte de hoy tampoco tiene nada que ver con algunos presupuestos estético-morales de aquel contexto.
Dicho esto, me gustaría detenerme en dos términos que utilizas: lo ecléctico y el artificio.
En cuanto al primero me gustaría concretar uno de los principios fundamentales de DRAMA! Nosotros no buscamos la no-fragmentación de la obra, es decir, la compartimentación en disciplinas –que imagino que es a lo que te refieres con “eclecticismo”, como el hecho de “coger de aquí y de allá”-. Con honestidad, creo que nosotros no hacemos exactamente esto, sino que tratamos a todos esos elementos como iguales, como si pertenecieran a un mismo campo a través de la descontextualización total. El hecho escénico está tratado como puede estar tratada una nota. Es por un lado una manera diferente de replantearse los elementos compositivos y por otro el formato mismo de obra. ¿Un beso es sonido o es un elemento teatral con un significado? ¿Qué ocurre cuando está insertado como un elemento musical en una obra fuera de un contexto teatral o significativo? ¿Deja verdaderamente de ser un beso? Los integrantes de DRAMA! no son músicos que deben actuar, ni actores que deben saber música, sino que son nuevos intérpretes que prácticamente tienen que aprender un nuevo lenguaje. Es aquí cuando hablamos de conceptos como el de intérprete extendido o intérprete total.
Sergio Blardony: Bueno, en realidad no me refería a que vuestra propuesta sea ecléctica en ese sentido que comentas, sino únicamente a la idea de Grotowski, es decir, rechazar un planteamiento del teatro como “complejo de disciplinas” (en el fondo, seguramente él estaba aludiendo al concepto filosófico de eclecticismo, no tanto como “coger de aquí y allá” sino como conciliación de ideas que, aun procedentes de diferentes concepciones y procedencias, en su unión pueden llegar a ser coherentes). Al margen de esto, me parece muy interesante lo último que has dicho, la idea de un nuevo concepto de intérprete, lo que llamas “intérprete extendido”. Es un enfoque que creo que sí se opone claramente al pasado desde una visión bastante lúcida en relación al tiempo que vivimos.
También me comentabas sobre la idea de artificio…
Rafael Murillo: Sí, precisamente en concordancia con los planteamientos de Grotowsky, la excesiva elaboración de una obra ocultaba el interior de las cosas, de los sentimientos de los actores, que buscaban la “naturalidad” a través de la sinceridad, es decir, de su propia experiencia. Me pregunto por qué esto es mejor que lo otro, que la carcasa elaborada y artificiosa. En cuanto a la música, el siglo XX ha dado un uso de la tragedia como justificación de lo profundo y verdadero –trenos, war requiems, etc.- y me hace cierta gracia la influencia que ha causado en nosotros; siempre me han llamado la atención los títulos de las obras en las audiciones de composición de los conservatorios de toda Europa. Al final eso es el artificio –en el sentido negativo de Grotowsky- además de una emotividad fácil. Para mí, la obra es artificio, son costuras, ensamblajes, elaboración.
Sergio Blardony: Sobre todo porque, en línea con lo que dices, resulta bastante complicado llegar a una “confección” de la obra de arte totalmente desprovista de artificio (¿existe esto realmente?). La sencillez no ha sido nunca algo sencillo de lograr…
Rafael Murillo: La verdad es que disfruto con estructuras sencillas, como las de la tragedia griega, claras, disfruto con obras cortas, disfruto con la ironía, con la sorpresa, con lo imposible y con el juego.
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Recién salido del horno, fragmentos de LUP!, último proyecto DRAMA!
(obras de Bernhard Lang, David Lang, Matthew Shlomowitz, José Pablo polo y Rafael Murillo)
Sergio Blardony: Pasando a otro asunto, hace ya un par de décadas que desde al menos una parte de la crítica se observaba la necesidad de preguntarse no sólo sobre el qué se programa sino también cómo se muestra lo programado, la obra. Es decir, preguntarse por la puesta en escena del concierto de la llamada “música contemporánea”. Hoy, este formato, en su expresión más tradicional, parece definitivamente agotado. ¿Creéis que hemos avanzado lo suficiente? Imaginamos que de cuestionamientos de este tipo nace en gran medida DRAMA!…
Celer Gutiérrez: Se está avanzando, pero aún queda trabajo por hacer. Cada vez existen más compositores que persiguen cambiar el formato, la música puede estar más cercana a otras artes, el concierto clásico donde el espectador se sienta a escuchar música exclusivamente está abocado a desaparecer. La nueva cultura, nacida de una sociedad que requiere un consumo más rápido y multidisciplinar, conduce al nacimiento de nuevas maneras de expresión, entre las cuales se encuentra DRAMA!
Sergio Blardony: ¿Y cómo son, desde vuestra perspectiva, estas nuevas formas? ¿Qué rasgos son los que podrían caracterizar estos nuevos formatos?
Daniel Buendía: Bueno, a decir verdad creo que hay muchos tipos de público y aunque seguramente cada vez menos, hay quien se siente conforme con el status quo de la música contemporánea (¡y de la clásica, que tiene más delito!). En ese sentido, últimamente me he propuesto vivir y dejar vivir, aunque tengo que decir que A MÍ, salvo puntuales excepciones, me aburre soberanamente un recital (muy especialmente si es de piano o clave, que son por cierto mis especialidades). La música clásica es maravillosa, ¿pero por qué la seguimos presentando en el formato del siglo XIX? Es una pregunta que creo que todos y especialmente DRAMA! debería hacerse. Vaya por delante que ese es mi punto de vista personal, único e intransferible, pero la verdad es que en gran parte por eso formo parte de DRAMA!, un proyecto que la mayoría de veces yo mismo no acabo de saber encajar, pero en el que me siento cómodo.
María Valle: Sí, definitivamente DRAMA! nace no solamente para llevar a cabo un proyecto con un repertorio no tan frecuente en las programaciones contemporáneas, sino también para presentar ese contenido en un formato diferente y sobre todo sin seriedad ni protocolos.
Creo que uno de los factores más importantes en nuestro ensemble ha sido siempre la diversión; no solo a la hora de trabajar sino también para el público que viene a ver un espectáculo de DRAMA! Puede sonar un poco chocante que hagamos un concierto en una piscina o en un supermercado, pero, ¿por qué no utilizar un entorno y un ambiente del siglo XXI cuando se trata de música actual? Lo que me parece asombroso es que la música de hoy haya conseguido sobrevivir presentada en un formato de hace siglos.
En un concierto de DRAMA! puedes tomarte una cerveza mientras escuchas un Ablinger, sentarte en un sofá en vez de una butaca, ver una proyección de Hora de Aventuras o participar en un concurso. No podemos garantizar que te guste el show, pero seguro que no te aburre.
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Resucita Loto (Escena 7) / Rafael Murillo Rosado
Sergio Blardony: ¿De qué materia humana se compone un proyecto así? La misma pregunta formulada a un ensemble al uso tiene fácil respuesta: tal o cual plantilla instrumental. Pero DRAMA! se postula como otra cosa…
Rafael Murillo: DRAMA! es casi un concepto, una propuesta de apertura en todos los canales posibles a la que todo el mundo está invitado para aportar ideas, para tocar, etc. Creemos que esto hace que las cosas sigan viviendo y se adapten constantemente a los cambios. Una plantilla fija es al final bastante castrante, bajo mi punto de vista –y creo que de mis compañeros- un cortafuegos a la creatividad. Esa capacidad de cambio incluso nos puede afectar a los que estamos ahora mismo más involucrados en la organización: tal vez llegue un día que ni siquiera nosotros mismos estemos más en DRAMA! porque o nosotros o DRAMA! haya cogido un rumbo diferente al nuestro personal. No somos un ensemble, somos un laboratorio de ideas y de proyectos.
Celer Gutiérrez: Es verdad, buscamos gente interesada en las nuevas ideas que representa, personas comprometidas con la nueva creación y sin miedo a construir un nuevo modelo. Todas las personas que han colaborado con DRAMA! buscan algo diferente, más fresco y dinámico, gente joven con ganas de cambiar la situación de la música actual.
Daniel Buendía: Por cierto, cuando empezamos, nos sorprendió muchísimo encontrar a tantos amigos y músicos interesados en formar parte del proyecto. Nos gusta pensar que contamos con una extensa lista de colaboradores que irá creciendo con el tiempo, seguro, en tanto que tocamos unas u otras áreas artísticas.
Sergio Blardony: En alguno de vuestros programas se puede leer, como definición del proyecto, la “no-fragmentación de la obra”, la idea de lograr el “ensamblaje de ámbitos artísticos” que lleve a la obra cohesionada. Uno de los aspectos más complicados es precisamente esta unidad en la puesta en escena. Lo teatral es muy exigente y, en cierto modo, traicionero. Tantas cosas parecen, desde el papel, que van a funcionar y luego resultan fiascos, que proyectos donde lo escénico tenga un peso importante –incluso aunque el punto de partida sea el de una integración real- parecen demandar cierto asesoramiento. ¿Cómo planificáis los proyectos? ¿Tenéis un método de trabajo, gente del teatro implicada…?
Daniel Buendía: Es todo bastante más sencillo, simplemente intentamos tocar lo que nos apetece, pero a la vista está que no nos asesora nadie, jajaja. Me temo que precisamente la pregunta está planteada desde el punto de vista de compartimentos estancos entre las disciplinas. Nosotros no hacemos “teatro”, y aunque hemos nacido como ensemble mucho me temo que muchas veces tampoco hacemos “música”, pero no nos preocupamos demasiado por ello. Ojalá, y así lo espero, hagamos muchas más cosas. Día tras día veo a nuestro alrededor cómo la especialización muere, y ¡cuánto me alegro! La especialización es aburridísima, ¿no?
Sergio Blardony: No estoy del todo de acuerdo con lo que dices, Daniel. Creo que, independientemente de tener una mirada más o menos especializada (¡y también creo que la especialización puede ser muy aburrida!), lo cierto es que nada emana de la nada. Sois músicos, queráis o no, ¡y con una propuesta que se ve a la legua que es muy especial! Así se os va a observar, la expectativa es inevitable. Salir a escena (aunque sea con la cuarta pared ya olvidada) supone la activación de una serie de mecanismos –prejuicios, si quieres- que pienso que hay que tener en cuenta a la hora de pensar una obra o un proyecto. A esto me refería, no tanto a que el planteamiento tenga un carácter teatral, en un sentido convencional, como una disciplina separada.
Rafael Murillo: Bajo mi punto de vista el problema no es la idea si no la realización, el modo llevar a cabo esa idea. No es cuestión de insertar en un lenguaje musical elementos escénicos ni al revés. Sino que todos los materiales de composición sean tratados igual. Para eso, los elementos deben estar desprovistos de significado y colocados en un nuevo orden. En mi caso como compositor, trato desde una perspectiva musical cualquier tipo de elemento: microacciones, luces, frases, ruidos, notas… con las que tejo unas capas que combino a modo de zapping.
No es una superposición de campos delimitados, sino la detonación de estos campos y la creación de un nuevo espacio de realización.
Sergio Blardony: Algo muy interesante que está presente en DRAMA! es la idea de “plantear problemas” al compositor, provocar situaciones concretas para después proporcionarle una serie de herramientas que le permitan buscar la solución más interesante y original. Este juego de laboratorio, lanzado como reto, se intuye apasionante. ¿Podéis describir algún caso o ejemplificar de alguna forma cómo es este proceso?
Daniel Buendía: Me alegra mucho que os parezca interesante. Si bien no hemos explotado al máximo esta propuesta todavía por falta de tiempo, sí que se han planteado de manera natural una serie de retos como por ejemplo la creación de obras de microteatro o de clarinetes desensemblados, etc. A nuestros colaboradores les caen marrones del estilo “Oye, me podrías hacer una obra para clave preparado y pequeña percusión desde el punto de vista del teatro posdramático?” Y así nos va…
Lluïsa Espigolé: Me gusta especialmente el término que utilizas de “juego de laboratorio”. Está claro que un ensemble significa mucho más que un grupo de músicos que se reúnen para un proyecto en concreto, significa una propuesta artística que aporta su sello personal gracias a la creación de nuevo repertorio escrito especialmente a partir de ésta. Los intérpretes de “DRAMA!” pretendemos ser los “conejillos de indias” y aportar a los compositores los medios necesarios para que puedan experimentar con nosotros el uso de materiales que sobrepasan el trabajo en torno al sonido y que llevan al intérprete más allá de sus puras capacidades instrumentales, a un concepto extended del instrumentista.
Sergio Blardony: Y de ahí quizá surge lo que comentábais antes: una nueva noción de intérprete y de relación de éste con cada propuesta, con el compositor y con el público…
Celer Gutiérrez: Es cierto que DRAMA! busca que la música que interpreta esté regida por otros parámetros que no sean exclusivamente de concierto. Mayor interacción con el público, planteamientos más teatrales, etc. Las personas que componen para DRAMA! saben que se buscan nuevas expresiones y que el modelo es diferente al que se está acostumbrado. En mi caso, como compositor, un ejemplo será la pieza que se interpretará en la Mostra Sonora de Sueca de este año. Un planteamiento nacido de perseguir no sólo interacción con el público sino realmente hacer participe al público de lo que está ocurriendo.
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A l’île de Gorée / Iaanis Xenakis
Sergio Blardony: Otra característica bastante clara de DRAMA! es el planteamiento temático. Por ejemplo, vuestro último proyecto, titulado LUP!, giraba en torno a la repetición. ¿Tenéis articulados unos criterios de elección de los temas? ¿Son determinados por todos o hay una dirección artística muy definida?
Daniel Buendía: Pues, para qué te voy a engañar: no. Nosotros programamos según nuestro dudoso gusto personal y lo que nos apetezca en ese momento según las ocasiones que nos vayan surgiendo. Lo fascinante es que podamos estar de acuerdo en esta “estética del horror” que tenemos muchas veces. Pedimos perdón a todo el mundo, de corazón.
Sergio Blardony: Pero el vuestro no parece un proyecto improvisado, se detecta una elaboración detrás de esos programas…
Celer Gutiérrez: En realidad DRAMA! posee un organigrama en continua evolución. Pero el consenso y las decisiones conjuntas son muy importantes. Nos mantenemos en contacto casi diario y realizamos reuniones semanales para repasar la evolución de los diferentes proyectos.
Insistimos a todos nuestros colaboradores para que nos propongan proyectos que crean que pueden interesarnos. Sí que existen ciertas directrices intrínsecas en el significado de DRAMA! que nos gusta mantener pero estamos abiertos a propuestas que no vengan del grupo que conforma esta “dirección artística”.
Rafael Murillo: Lo cierto es que en general participamos todos, a pesar de que hay personas que llevan más unos temas que otros. Más que un planteamiento temático, me gusta pensar en un nexo, que puede ser un tema u otra cosa que nos sirva como pretexto para crear un programa. El proceso suele ser iniciado por la inquietud de tocar alguna obra en concreto y poco a poco vamos añadiendo otras y de manera natural vamos buscando ese nexo hasta que ya queda cerrado el repertorio. Luego buscamos un título y creamos material visual relacionado. Esto por supuesto cuando podemos hacerlo, en general, en festivales es difícil porque suelen imponer algo de repertorio. Horrible ¿verdad?
Sergio Blardony: Profundizando un poco más en estos asuntos, hay un aspecto que, si bien puede sonar algo prosaico, resulta vital para cualquier proyecto, y sin embargo parece siempre muy difícil de abordar en nuestro país (generalmente por las dificultades de financiación de nuestros grupos). Me refiero al funcionamiento interno, al organigrama. ¿Cómo funcionáis en este sentido? ¿Tenéis una cierta infraestructura especializada, división de tareas (producción, distribución, comunicación…)?
Lluïsa Espigolé: Es totalmente cierto que una buena infraestructura interna es clave para el buen funcionamiento del grupo, así como también lo es la implicación de todos sus componentes… Nosotros nos planteamos la dirección artística de forma conjunta, ya que compartimos intereses e inquietudes similares y nos complementamos en este sentido. Aunque es cierto que tenemos también una cierta organización interna en el reparto de tareas básicas para agilizar el funcionamiento de “DRAMA!”
Lo que seguramente nos hace diferentes a otros ensembles es que no contamos con una plantilla fija de instrumentistas. Una de las características de “DRAMA!” es su capacidad de transformación permanente, es decir, se articula a través de una red de jóvenes intérpretes y compositores vinculados al ensemble y se adapta de forma sostenible a las necesidades de cada proyecto. Además esta red de colaboradores no se limita solamente al terreno puramente instrumental sino que está abierto al coworking con toda variedad de disciplinas.
María Valle: Sí, trabajamos con un organigrama dividido en varias secciones, aunque es cierto que en los inicios del ensemble todos hemos hecho un poco de todo (personalmente espero no tener que volver a hacer ningún presupuesto porque fue una experiencia… inolvidable).
En nuestro organigrama real en primer lugar se encuentra el equipo de producción, en el que trabajan Celer, Lluïsa y Rafael, que se ocupa de presupuestar, programar conciertos, organizar horarios, ensayos,… Daniel se ocupa además de la comunicación con los instrumentistas. En segundo lugar está la parte de imagen y estética del ensemble, en la que Rafael y yo trabajamos de manera coordinada. En esta sección nos encargamos de la elaboración de dosieres, reclamos publicitarios, fotografía, redes sociales, etc.
A pesar de la inevitable división de tareas, como decía antes Celer, nos reunimos todos a menudo para hablar, consultar, reír, llorar, tirarnos de los pelos y tranquilizarnos mutuamente.
Sergio Blardony: Imaginamos que tenéis proyectos en el horizonte más próximo. Así que contad, contad…
Lluïsa Espigolé: A pesar de la todavía corta existencia de “DRAMA!” hemos establecido ya durante esta temporada 2014-15 nuestra sede en la fábrica de creación del 22@ de Barclelona “Espai Erre”, creando una plataforma propia de conciertos. Además hemos llegado ya a acuerdos con diferentes entidades y festivales para la programación de la próxima temporada 2015-16 y, entre otros, nos espera el estreno de una nueva obra de Peter Ablinger escrita especialmente para nosotros. Sigue, Rafa…
Rafael Murillo: Vamos a participar en un nuevo ciclo de música que empezará en unos meses en Madrid, con un concierto en el Berlín Café de Madrid con cuatro percusionistas y un repertorio maravilloso, bajo el título de “Bodies”.
Otro proyecto que personalmente me encanta son una serie de colaboraciones que vamos a empezar con músicos que van a comisariar un proyecto: búsqueda de repertorio, trabajo musicológico, elaboración de textos, etc. El primer encargado va a ser el compositor Fran Cabeza de Vaca. No puedo adelantar mucho por el momento pero es un proyecto de recuperación muy original y de alguna manera muy emotivo.
Además del estreno de Peter Ablinger que ha comentado Lluïsa, tenemos otro estreno de Alberto Bernal para el próximo año, que por cierto fue alumno de Peter Ablinger.
Celer Gutiérrez: Ni olvidar que participamos en la Mostra Sonora de Sueca este mayo… Estamos intentando movernos y ser muy visibles.
Sergio Blardony: Para terminar, una pregunta que será recurrente en esta sección, al menos hasta que el panorama cultural cambie en nuestro país. Todo lo que tiene que ver con el riesgo artístico y el trabajo experimental está muy poco o nada apoyado institucionalmente. ¿Cómo veis el panorama en este sentido? ¿Hay alguna luz al final del túnel (o un pasadizo para dar el quiebro, fuera de lo institucional)?
Rafael Murillo: Es algo en lo que no suelo pensar mucho. Estaría genial que nos dieran dinero, por supuesto, pero no cuento con ello.
Daniel Buendía: La verdad, como yo formo parte ya de la generación “sin beca”, no se me ocurre por qué el estado estaría interesado en subvencionarnos. Lamentablemente no confío mucho en lo institucional y hoy por hoy creo que el pasadizo “para dar el quiebro” tan sólo pasa por intentar que la gente que acude a los conciertos se divierta y quiera volver. Aún así, no cabe duda cabe de que el producto que ofrecemos es muy especializado y somos conscientes de ello. No me alegra en absoluto esta situación, pero entiendo que no somos Lady Gaga. Bueno, un poco a veces sí.
María Valle: Es cierto que es difícil encontrar apoyos, especialmente económicos, y que por esta razón hay proyectos increíbles que nunca llegan a ver la luz o tienen que hacerlo fuera del país. Personalmente no pienso que la situación respecto a la financiación vaya a cambiar radicalmente en los próximos años (si esto pasa nos bañaremos en la Cibeles o algo por el estilo, lo prometo); ahora bien, tampoco creo que sea el fin. Las épocas de cambio en la financiación o producción de proyectos, como la que estamos viviendo, pueden servir para encontrar un nuevo formato mejor o tan bueno como el anterior. ¿Cuál?, buena pregunta.
Sergio Blardony: Pero la cuestión está ahí, la pregunta nos la hacemos todos. ¿Es algo que vendrá o que debemos construir de alguna forma? ¿Hay claves para esto o falta dar unas vueltas, madurar sobre el contexto actual?
Lluïsa Espigolé: Aunque todos somos conscientes de la realidad cultural en la que vivimos en nuestro país, es posible también adoptar una posición más idealista y plantear que esta luz al final del túnel pasa por un cambio de prisma o simplemente por reinventarse continuamente para poder adaptarse al panorama actual… para mí, la receta es pasar a la acción: reflexión profunda del contexto, actuación en consecuencia y sobre todo mucha experimentación sin concesiones, siempre ofreciendo el máximo nivel artístico en cada una de las propuestas, claro está.
Celer Gutiérrez: Yo creo que hay que dejar de mirar a las instituciones como si fueran una solución. Pueden ser una ayuda, pero no las podemos tomar como si fueran las soluciones últimas. Hay que replantearse ese pensamiento, ya que no se puede dar vueltas a lo mismo una y otra vez. Tal vez deberíamos mirar en otra dirección. Hacia las personas, a la sociedad. En otras expresiones artísticas y en otros sectores se está haciendo. La música experimental se está quedando atrás en ese sentido mientras se lamenta de la poca ayuda institucional.
Existen plataformas a las que apuntar, en las que se puede investigar. El crowdfounding, plataformas de esponsorización (como Patreon), etc. Este tipo de iniciativas funcionan con propuestas y recompensas. Tal vez tenemos que buscar las propuestas con las cuales la gente se pueda identificar lo suficiente como para apostar por ello, o tal vez haya que buscar a estas personas. Pero nada de esto te lo dan hecho, hay que perseguirlo y de este modo crear una nueva industria que no pueda desaparecer en el momento en el que la subvención desaparece.
Sergio Blardony: Pues con estos comentarios, cerramos por hoy. Es tarde y no queremos robaros más tiempo. Ha sido una conversación intensa y rica, os agradecemos mucho vuestra disposición y, desde luego, estaremos muy atentos a vuestro trabajo.
Ensemble DRAMA! Nuevos conceptos: el intérprete extendido por Sergio Blardony, a excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.