Primero es el deseo [Chefa Alonso & Albert Kaul]
Abrimos esta nueva sección Cofa del Vigía –un espacio que quiere ser una ventana a todo lo que pueda considerarse como publicación, tenga el formato que tenga- con el CD Primero es el deseo de los improvisadores Chefa Alonso y Albert Kaul, una propuesta que sin duda contribuye a una toma de conciencia sobre el suelo que pisamos todos los días y que nos deja claro que ya desde hace tiempo el arte se mueve en un terreno en el cual parece que la crítica debería obviar cualquier tipo de taxonomía estilística. El nuestro es un tiempo en el que parece definitivamente obsoleto el criterio de estilo como parte de la baraja empleada para su análisis. Además, la mirada que se articula exclusivamente a partir del derribo de convenciones suena muy gastada y se antoja difícil que sostenga ya aparato crítico alguno. Por eso creo que es necesario enterrar estos prejuicios (lo que, desde luego, no quiere decir que el juicio crítico se ausente), con la idea de que nuestro tiempo es caleidoscópico y no permite adentrarse en él con ropas muy ajustadas. Un tiempo que demanda sobre todo una mirada espacial (valga la redundancia), obligándonos a transitar por una red de senderos donde es necesario asumir el riesgo de volver a pasar por el mismo sitio una y otra vez (dicho sea de paso, un lugar que inevitablemente será distinto por el mero hecho de pasar por él en un momento diferente). Pero es importante saber si pasamos revisando algo, interpretándolo o simplemente nos hemos metido en un bucle.
La escucha del CD publicado por Clamshell Records, que contiene esta propuesta del dúo formado por la saxofonista-percusionista Chefa Alonso y el pianista-clavicordista Albert Kaul, nos sitúa en un contexto que permite observar que casi cualquier forma de existencia musical implica, de alguna manera, la presencia de esa idea que podría denominarse sentido del discurso. Y cuando hablo de este concepto no me refiero a la necesidad de moverse en una dirección concreta, ni pienso en una forma teleológica del tipo que sea; no, en absoluto. Estoy aludiendo a una construcción que proviene de la intención, otro concepto resbaladizo, sí, pero cuya existencia puede observarse claramente en la música de este dúo hispano-alemán. Es precisamente esa intención que va construyendo el sentido, la que nos obliga a poner encima de la mesa el otro aspecto importante que pretendo garabatear en esta reseña, y que nutre de algún modo los conceptos anteriores: el equipaje. Porque cuando hablamos de músicos experimentados, con un extenso bagaje –y los componentes de este dúo destilan memoria por cada uno de los poros de su piel- es cuando podemos observar de qué se compone la valija de cada cual. En este caso, en sus maletas encontramos primeros planos –el jazzístico y el de la llamada “música contemporánea”, y no sólo la centroeropea, es un equipaje que se advierte a primera vista- en combinación con estratos bastante más ocultos, en los que se podrían escuchar ecos de músicas tradicionales de muchos lugares y de ninguno o de todos a un tiempo, de la música de circo, de una poética urbana que no elude el pasacalle… Es en esta observación balbuceante pero valiosa sobre lo que aflora de la memoria que acompaña al artista –vivida necesariamente como experiencia musical impermeable al análisis-, cuando es posible percibir de una manera extrañamente lúcida esa mecánica intención-sentido a la que aludía antes. En la improvisación libre, esta memoria se presenta materializada y se percibe de un modo especialmente directo, casi en bruto, dada la lógica de inmediatez en que se mueve toda creación instantánea. Por el contrario, en la música escrita, la propia escritura y, después la interpretación, se erigen en velo, en artificios eficaces que muestran de forma mediada la desnudez del tiempo (lo cual no tiene por qué ser ni mejor ni peor, claro).
No hablaremos de los cortes de este disco porque intentar desgranarlos sería tan inútil como intentar explicar el sabor de un mango: aroma aquí, textura allá, tonos verdes, rojos, amarillos (es decir, todos los colores)… Y, además, cuando el equipaje del que hemos hablado es tan amplio, es doble el riesgo de conducir la crítica hacia la referencia estilística, esa necesidad que, como comentaba antes, estoy convencido es hoy un error y una anacronía. Por eso, mucho mejor será dejar aquí un par de muestras sonoras que puedan despertar los paladares a una música de esas donde la personalidad se presenta, por sí misma, como una invitación a la escucha.
Danza sobre el agua
Clip de audio: Es necesario tener Adobe Flash Player (versión 9 o superior) para reproducir este clip de audio. Descargue la versión más reciente aquí. También necesita tener activado Javascript en su navegador.
En el taller del viejo brujo
Clip de audio: Es necesario tener Adobe Flash Player (versión 9 o superior) para reproducir este clip de audio. Descargue la versión más reciente aquí. También necesita tener activado Javascript en su navegador.
Primero es el deseo [Chefa Alonso & Albert Kaul] por Sergio Blardony, a excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.