VANG, nuevas formas de escucha
De nuevo presentamos un ciclo madrileño que ve la luz este año, VANG. Lo hace en CentroCentro, junto con Conde Duque y Matadero, uno de los espacios culturales estrella del Ayuntamiento de Madrid. Para hablarnos de él contamos con su comisario, Alberto Bernal, colaborador también de nuestra revista.
Sul Ponticello: el mes pasado editorializamos la llegada de dos nuevas iniciativas a Madrid, ambas relacionadas con la creación actual. Casi no nos ha dado tiempo a respirar y aparece VANG, ciclo que tú comisarías. ¿Cómo definirías la propuesta?
Alberto Bernal: La propuesta trata de poner en valor (más bien: poner en escenario) diversas formas de creación musical y sonora que plantean nuevas maneras de escuchar y de relacionar al oyente con el sonido y lo que le rodea. Siendo un hecho constatado que las instituciones de nuestro país apuestan poco a nada por todo aquello que se salga de los cánones habituales (incluido el de la música contemporánea establecida como tal), hemos querido que nuestro ciclo aúne algunas de esas prácticas en su mayor diversidad posible: desde formatos más afines a la música contemporánea hasta otros cercanos a la improvisación libre, con una gran presencia de elementos audiovisuales, escénicos, electroacústicos o performativos. Es, ante todo, una propuesta de diálogo: entre prácticas muy habitualmente separadas pero con motivaciones comunes, entre sus públicos y entre el elemento sonoro como tal y todo aquello con lo que puede potencialmente relacionarse.
S.P.: VANG se desarrolla en nueve sesiones, cada una de ellas marcada por un tema: Silencio, Covers, El instante decisivo… Obviamente, el aspecto conceptual es importante pero, ¿hay un hilo conductor que recorra todo el ciclo?
A.B.: El hecho de que cada evento lleve asociado un supuesto título no alude necesariamente a una cuestión conceptual. Nuestra intención con ello ha sido que dichos “títulos” funcionaran más bien como palabras clave, como boyas de navegación que faciliten un primer acceso a lo desconocido, si se diera el caso. Entre todos los eventos no existe un único hilo conductor, más allá de aquella búsqueda de nuevas formas de escucha a la que aludíamos en la respuesta anterior. Sin embargo, si se da cierto entretejido entre varios de los eventos, como es el hecho de comenzar desde la música en el borde del silencio (Radu Malfatti) y terminar en el último concierto con su supuesta oposición, el ruido.
S.P.: El primer concierto de VANG tuvo lugar el pasado 20 de octubre, conjugando dos propuestas en torno al silencio, la del compositor austriaco Radu Malfatti y la del colectivo maDam. Cuéntanos un poco cómo fue y qué sensaciones sacaste de esta primera experiencia.
A.B.: En realidad se trató más bien de una única propuesta: una obra de Radu Malfatti que fue llevada a cabo por el colectivo maDam, con la presencia también del propio compositor entre ellos. Como comentaba antes, la música de Radu Malfatti parte de la escucha del silencio, y eso, como arranque del ciclo, me pareció particularmente emotivo: primero tenemos el silencio, nuestra escucha, y a partir de aquí podemos comenzar a sonar. Es una propuesta que, al mismo tiempo, aunó muchas de las diversidades que queremos albergar a lo largo del ciclo: es una música entre la determinación de la composición fija y la indeterminación de la improvisación, entre lo acústico y lo eléctrico, entre lo individual y lo colectivo.
S.P.: El segundo concierto será este mes, el 24 de noviembre, con la presencia de Nou Ensemble. ¿Puedes hablarnos algo de lo que podremos escuchar?
A.B.: Se trata de un programa de título “covers”. En realidad, es el único que trae el título en su propuesta (el resto han sido una decisión curatorial en diálogo con cada artista). Partiendo de la tradición de los “covers”, es decir, versiones o recreaciones de canciones grabadas por otros músicos, el programa nos confronta con una revisión y reinterpretación de nuestra historia musical, tanto la clásica como la popular, con obras de nueva creación cuyo punto de partida son otras obras, más o menos conocidas. Podremos escuchar obras de compositores emergentes como Germán Alonso, Jessie Marino o Carolyn Cheng, junto a otros algo más establecidos como David Lang, Gavin Bryars o Francesco Filidei.
S.P.: Después vendrán otras conjugaciones, propuestas articuladas a partir de la unión de diferentes artistas: Agustí Fernández e Ingar Zach, Archipiel y Los Torreznos, Bernhard Lang y Crossinglines… Esta fórmula, que se alterna con la presencia de grupos como SIGMA Project o Neopercusión, es toda una declaración de intenciones de un modo de hacer muy propio de nuestro tiempo…
A.B.: Sí, hemos pretendido que el diálogo y diversidad a la que venimos aludiendo se dé también a veces dentro de cada evento. Así tenemos, por ejemplo, una de las apuestas que nos ha costado más conseguir: tener en un mismo evento a Los Torreznos con el dúo Archipiel; ambos vienen de sitios muy diferentes (el mundo del arte y el mundo de la improvisación libre, respectivamente), pero consideramos que un su hacer a partir de la voz desnuda han llegado a ciertos lugares más o menos comunes cuya presencia compartida en un mismo escenario nos parece particularmente sugerente.
S.P.: Todos los conciertos se celebran en CentroCentro y tienen carácter gratuito. Hace poco hablábamos de EPOS Lab, que tiene lugar en Conde Duque, y en CentroCentro tienen también lugar el ciclo Ruido y una parte del Festival COMA. ¿Cómo ves la implicación actual del Ayuntamiento de Madrid en la actividad relacionada con la creación musical y sonora? ¿Percibes que algo puede estar cambiando?

Alberto Bernal
A.B.: Algo sí está cambiando, aunque sea muy pequeño. Creo que todos tenemos que celebrar estas implicaciones del Ayuntamiento de Madrid con las nuevas creaciones. Pero, al mismo tiempo, las propuestas las hacen en última instancia las personas, y no las instituciones como tal. Detrás de muchas propuestas, incluida ésta, hay ante todo una o varias personas que apuestan por algo —en nuestro caso, el actual coordinador de programas de CentroCentro, Ángel Gutierrez— y una institución que lo permite, o no. Creo que debemos celebrar esta conjugación de personas/institución que ha posibilitado esto, a la vez que luchar para mantenerlo y tratar de que se dé también al amparo de otras instituciones.
S.P.: Siempre terminamos en el mismo lugar, preguntando lo mismo, pero es que no podría ser de otro modo. Aunque sea sólo en dos pinceladas, ¿cómo os habéis manejado en la financiación del ciclo? ¿Hay apoyo público, privado…?
A.B.: Básicamente: el Ayuntamiento es quien se encarga de cubrir lo suficiente como para poder realizar casi todos los conciertos. Únicamente en algunos casos en los que hemos querido apostar por formatos más grandes ha sido necesario la colaboración ayudas de otras instituciones para poder completar la presencia del resto de artistas: Foro Cultural Austriaco, INAEM, Generalitat de Cataluña, COSCYL y Gobierno Sueco.
S.P.: Volviendo a la programación de VANG, una de las propuestas –en concreto la cuarta, que contará con la presencia de Ramón Andrés y Sara Ruiz- está vinculada a CHARIVARIA, exposición comisariada por Andrea Zarza y José Luis Espejo que aborda de qué manera se posicionan las personas en el espacio público con sonido. ¿Cómo habéis planteado este evento?
A.B.: Una de las apuestas de VANG en esta búsqueda de diálogo era también dialogar con algunas de las exposiciones presentes en CentroCentro. La presencia de Charivaria, acerca del uso del sonido en el espacio público, nos planteó inmediatamente la posibilidad de que uno de los eventos fuera, literalmente, un evento compartido con la propia exposición. Se trata, efectivamente, del evento del 25 de enero, sobre el que hemos delegado nuestra curaduría en los comisarios de la exposición, Andrea Zarza y José Luis Espejo, quienes a su vez han planteado un acto en el que el escritor Ramón Andrés realizará una ponencia acerca de la relación entre la ceguera y el sonido (uno de los temas de la exposición), acompañado a la viola da gamba por Sara Ruiz.
S.P.: Llama la atención que centros de arte como, por ejemplo, el Reina Sofía no tenga un ciclo de música actual que se desarrolle en estrecha relación con las exposiciones temporales que realizan. Un buen ejemplo de este tipo de vinculación es lo que Vertixe Sonora lleva años haciendo con el CGAC (Centro Galego de Arte Contemporánea). ¿Cómo ves este asunto? ¿No crees que sigue existiendo un alejamiento un tanto absurdo entre estos centros y la música? Ni siquiera las actuales permeabilidades entre música y arte sonoro parece que terminan de romper esa frontera…
A.B.: Pues sí, creo que es un poco absurdo que no se establezcan más colaboraciones, cuando es algo que de forma natural contribuye positivamente hacia uno y otro lado. Creo que alumbrar un tema (el de una exposición, por ejemplo, o un autor) desde diversas disciplinas, no únicamente sonoras, es uno de los procedimientos en los que tanto las artes visuales como la música o el arte sonoro pueden ensanchar su difusión sin comprometer su contenido. Debería haber más comunicación interdisciplinar entre instituciones, comisarios, pero quizá deberíamos ser también los propios artistas los primeros que mantuviéramos una comunicación más fluida entre nosotros mismos, independientemente de la disciplina que practiquemos.
S.P.: Para ir finalizando, nos gustaría conocer tu visión sobre un aspecto del que siempre se habla y que parece que, de un modo u otro, condiciona la continuidad de cualquier iniciativa relacionada con lo experimental: la presencia de público. Sabemos que no hay recetas mágicas, pero ¿cómo se atrae a un público que, existiendo, resulta casi siempre difícil de congregar? Es desconcertante encontrar propuestas similares con asistencias muy distintas, en la misma ciudad. ¿Se te ocurre alguna clave que ayude a poner algo de luz en este asunto?
A.B.: Algunas de estas claves han salido a lo largo de la entrevista: la comunicación entre formatos, disciplinas y artistas. Con ello al menos sumamos los pequeños públicos de cada familia en una familia un poquito más grande. También: la divulgación. En nuestro ciclo después de cada evento vamos a tener un breve encuentro de los artistas con el público; es algo que funcionó muy bien en el primer evento y pensamos que puede ser también una forma de perder el miedo a ciertas propuestas y estimular nuestros modos de escucha y percepción. Y, por supuesto: difusión. En este sentido, CentroCentro está haciendo un buen trabajo, y puede verse nuestra agenda en una multitud de lugares públicos de Madrid, como paradas de autobuses. Y, por supuesto, entrevistas como ésta, con la que estoy enormemente agradecido y que demuestra el compromiso de Sul Ponticello por las diferentes formas de nuevas músicas. Si todos los medios tuvieran el mismo compromiso y falta de prejuicios probablemente no me habrías hecho esta pregunta.
S.P.: Muchas gracias por tu tiempo. Esperamos y deseamos lo mejor para VANG, tanto en esta edición como las que lleguen.
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