13 Landays

1. Mi bien amado, ven a sentarte junto a mí un instante.
La vida es al punto el crepúsculo de una tarde de invierno que pasa.

Barcelona, agosto de 2007. Acabo de salir del cine de ver Vier minuten de Chris Kraus. La película me ha conmovido profundamente. Me siento en un banco de la Eixample y decido indagar acerca de una muy querida amiga cuyo contacto he perdido hace años.

2. ¡Oh primavera! Los granados están en flor.
De mi jardín guardaré para mi amado lejano las granadas de mis senos.

Tras unas cuantas llamadas y consultas a internet consigo encontrarme con ella. En nuestro tiempo de separación su salud se ha deteriorado de una manera dramática. Apenas puede caminar. Sus huesos se han vuelto tan frágiles que apenas puedo darle un abrazo.

3. Amor mío, ven a saciar
al alazán de mi corazón que ha roto todas sus bridas.

Me cuenta que es muy feliz, que a pesar de su estado ahora se dedica a contar cuentos y a cantar en un grupo de mujeres. Acaba de ganar un premio importante con su poesía Burka. Me la lee.  Me regala un libro que acaba de comprarse; se llama El suicidio y el canto. Poesía popular de las mujeres pastún de Afganistán, de Sayd Bahodín Majruh.

4. Me he embellecido con mi ropa gastada,
como un jardín florido en una aldea en ruinas.

Primavera de 2008. Muere mi amiga con sólo 43 años. Su cuerpo se apaga, cortando en seco la que, según ella, estaba siendo la mejor etapa de su vida.

5. Ven, amor mío, que te abrace,
soy la frágil hiedra que el otoño pronto se llevará.

Octubre de 2009. Termino de componer mi obra 13 Landays, para soprano y clarinete bajo, que dedico a Alicia Molina y a Santiago Martínez Abad.

6. Primero tómame en tus brazos y estréchame,
luego recorre mi rostro y bésame uno a uno todos los lunares.

El comentario al programa de mano reza así: El landay es un poema muy corto que improvisan cantando las mujeres pastún de Afganistán. Los trece que utilizo en esta obra están extraídos de la recopilación que Sayd Bahodín Majruh hace en su libro “El suicidio y el canto”.

7. Ven que te acaricie, que te abrace,
soy la brisa nocturna que morirá antes del alba.

En el prólogo de dicho libro él nos explica hasta qué punto la condición femenina en el seno de estas tribus es particularmente dura, y cómo el amor que trata de escapar al matrimonio, siempre impuesto y nunca deseado, se castiga con la muerte.

8. Estréchame fuertemente entre tus brazos,
demasiado he frecuentado la cárcel de las soledades.

Nos dice literalmente sobre la mujer que se atreve a cantar landays: “En un medio social donde lo que nombra la pasión y la sexualidad pasa por estrictamente tabú, no teme abordar estos temas sin rodeos, con una brutal sinceridad.

9. Ven junto a mí, amor mío,
si el pudor te impide rozarme, yo te atraeré a mis brazos.

No teme ser de carne y sangre, y se enorgullece de glorificar su cuerpo, el amor carnal y el fruto prohibido. Se comporta como si quisiera voluntariamente disgustar, escandalizar a los hombres, provocarlos en su virilidad.

10. Tu amor es agua, es fuego.
Llamas me consumen, olas se me tragan.

Y lo que otorga una fuerza particular a este discurso es que ningún sentimiento de ternura o piedad se da cita en él.”

11. Ven, como un collar en derredor de mi cuello,
yo te meceré sobre las cúpulas de mis senos.

Alhaurín de la Torre (Málaga), 18 de abril de 2010. 13 Landays es estrenada por sus dos dedicatarios en el seno de las IV Jornadas de Música Contemporánea de dicha ciudad.

12. Sé feliz, amor mío, yo cargaré con las penas.
Mi corazón conoce el dolor, no morirá por ello.

Gracias por tantas cosas, Yolanda Sin Giménez. Donde quiera que estés, descansa en paz.

13. ¡Ven pronto, amor mío, que te dé mi boca!
Esta noche te he visto muerto en sueños y he enloquecido.

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