TARCORDIUM: Un instrumento arcaico-futurista
1. INFLUENCIAS
La invención o mejor dicho, el desarrollo empírico de este instrumento, tiene orígenes en una fase de aprendizaje musical que marcó mi estilo como compositor y creador. Se trata de la época, entre 1992 y 1997, en la cual trabajé en estudio y en vivo con uno de mis primeros grandes maestros: el percusionista y compositor italiano Andrea Centazzo. Su relación con el sonido ha marcado mi mundo sonoro y rítmico, y el Tarcordium ciertamente contiene varias de estas informaciones. En el acercamiento musical han sido fundamentales también las influencias de mis otros principales y diferentes maestros Butch Morris y Clarence Barlow, y de músicos con los cuales continúo colaborando como el percusionista de mi banda TARKAMPA, un brujo sonoro italiano llamado Sbibu Sguazzabia.
El principio de base, como para todos los sonólogos, es todo sonido puede ser música, sólo se trata de “tonificarlo” como nos enseña Dane Rudhyar en su magnífico escrito The Magic of Tone.
2. ORÍGENES
El Tarcordium es un instrumento electro-acústico, resultado de un trabajo intuitivo y empírico que empezó en 2003. En aquella época me fue encargada una instalación sonora, para algunos museos en Cataluña.
Mis investigaciones me hicieron optar (entre varios proyectos) por algo que se podría definir como una gran arpa eléctrica, cuyas cuerdas se tensaban en las escaleras de los edificios de los museos. Cada cuerda llevaba un micrófono piezo-eléctrico (eran aproximadamente unas 10/15 cuerdas) y el sonido se mezclaba por medio de una mesa de ocho canales, con efectos de Delay, modulación y reverse, según programación. Los visitantes subiendo y bajando las escaleras del museo, tocaban las cuerdas que seguían sonando durante un tiempo establecido. Titulé esta creación Escalarpa. El sonido envolvente y fascinante se propagaba en todo el edificio. Nos gustaba tanto que, cada semana en horas establecidas, mi compañera (Maria Morera Casablanca, viola clásica) o yo, íbamos a tocar al museo, con arcos, pizzicato, y otras técnicas mixtas.
Cuando se terminó este proyecto tuvimos la sensación de quedar sin un instrumento que ya era parte de nuestras vidas musicales. Esta sensación y las investigaciones con microfonía y cuerdas, me llevaron poco a poco a construir lo que en 2012 se concretó en el Tarcordium.
Pasando por prototipos monofónicos, con un sólo puente y tres cuerdas, llegué a la actual versión estéreo, justo a tiempo para llevarla y estrenarla en una serie de conciertos organizados por John Zorn y Andrea Centazzo en el escenario de The Stone en Nueva York, en Abril de 2012.
La reacción, entre músicos americanos e internacionales de todas las edades entre 30 y 70 años, fue de lo más entusiasta. Me invitaron también en los estudios de Columbia Radio para una entrevista y un concierto radiofónico de una hora.
3. DESCRIPCIÓN
El Tarcordium consta de cuatro cuerdas y dos puentes. Cada puente posee una “extensión” de muelles de resonancia utilizables también como elementos de percusión no afinada. La afinación de las cuerdas es ad libitum (scordatura) depende del uso y del proyecto musical. Por esta razón los dos ponticello son movibles: esto permite dividir la extensión en intervalos más o menos tradicionales según las necesidades de la composición.
Cada puente tiene su micrófono y los dos canales (salida jack) generan, al ser amplificados en estéreo, una imagen sonora ricamente espacial. Los sonidos de las dos áreas laterales de las cuerdas y el sonido del área común central, crean un ámbito sonoro natural gracias también a la resonancia de los muelles de simpatía. Estos muelles/percusión aumentan esta sensación de espacio sonoro, como en la tapa de un instrumento acústico, pero con características propias de los materiales metálicos utilizados.
4. DESEOS SONOROS Y CULTURAS EXTRAEUROPEAS
¿Cómo y por qué se ha realizado tal tipo de instrumento? Las razones son varias, y de diferente naturaleza. Vayamos por pasos.
Tocar música actual, sea improvisación (dicha) libre, u otro tipo de lenguajes donde el timbre original es la clave para entrar en mundos inexplorados, ha sido una de las razones que me han llevado a realizar el Tarcordium.
Necesitaba algo que fuese de algún modo procedente del piano preparado de John Cage, de las percusiones de Centazzo (Indian Tapes) de las cuerdas minimales de los cuartetos Songlines de Kevin Volans, el violín eléctrico de 12 cuerdas de Ravi Shankar, y los sonidos de la música concreta y electroacústica de la segunda parte del siglo XX.
Quería un instrumento que fuese fácil de transportar y utilizable con amplificación estereofónica; un instrumento que tuviera un gran sonido para ser usado de modo natural y procesado con efectos varios en directo y en estudio.
Pero ¿por qué el instrumento tomó esta forma y no otra? Mi deseos sonoros se dirigían hacia algo que encontramos en un listado de instrumentos que empezando con Violoncelo y Viola continuaría con… Arpa, Koto y Shamisen (Japón), Biwa (Korea y China, luego Japón), Kora (África), Berimbau (Brasil), gong y campanas (de los cuales los muelles son parientes pobres).
En resumen, sonidos de cuerdas con arco, de pizzicatos, de percusión de madera y metal. Me inspiré investigando con el Monocordio de Pitágoras y sin darme cuenta al principio, me acerqué poco a poco a la forma de un koto con dos puentes muebles, que llevaba muelles de resonancia que se podían tocar.
Las técnicas de ejecución con el Tarcordium requieren habilidades variadas: mis estudios de piano y mis habilidades de multinstrumentista (guitarra, guitarra eléctrica y percusiones de todo tipo, onda Theremin, así como otros aparatos electroacústicos) me habrían ayudado en este sentido.
5. UN GESTO MUSICAL SIMÉTRICO
Y ahora hablamos de la simetría de la forma, y del posicionamiento horizontal de mi instrumento. Lo que me interesa del Tarcordium es que, como la Mbira (o Sansa) africana, es un instrumento casi simétrico.
Tocar la Mbira desarrolla habilidades que implican el uso simétrico de las dos partes del cerebro. La melodía y el acompañamiento, en la música para Mbira están distribuidos entre las dos manos, de modo que el cerebro trabaja de forma diferente de como pasa con un clave o un piano en la tradición europea.
Tocando el Tarcordium, sea que se usen arcos, dedos o batientes, el intérprete se encuentra con un instrumento simétrico donde los altos están a los lados y los bajos en el medio. Esta simetría aumenta de importancia todavía, compartido con los oyentes, por el hecho que el sonido del instrumento se escucha de dos fuentes separadas (estéreo) frente o alrededor del público. Considero que este aspecto gestual y espacial hace del Tarcordium algo realmente especial.
Además, el hecho de tocar con dos arcos a la vez proporciona la sensación de plasmar música para un pequeño conjunto de cuerdas posicionadas en el espacio. Algo muy atractivo y diferente que tocar un sintetizador o un sampleador, por sofisticado que sea.
6. TARCORDIUM EN ESTUDIO
Otra razón que me empujó en el proceso de construcción y desarrollo de este instrumento, está relacionada con las necesidades de la creación de música en estudio. En un estudio, los instrumentos de cuerda son los más difíciles de imitar y/o reproducir o evocar. Si la técnica de sampleo digital ha funcionado bastante para las percusiones, el piano y otros instrumentos (depende de lo que un eventual compositor necesite), sabemos que las cuerdas con su magnífica inestabilidad tímbrica y múltiple modo de vibración, constituyen el sonido que cuesta más sintetizar por medios electrónicos.
El Tarcordium en estudio, es un medio más a disposición para “dibujar” líneas melódicas y rítmicas, o texturas sonoras con ese color tan arcaico y actual a la vez, para luego grabarlas directamente en un ordenador y trabajar.
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7. CONCLUSIONES
Como decía Harry Partch acerca de sus instrumentos tan originales, espero que cada músico se construya su instrumento, tomando ideas e inspiración de mi trabajo, y que no repita lo que he hecho. Cada artista entonces lo hará de modo diferente y conforme a su necesidades creativas. Un instrumento nuevo en 2015 tiene que representar la posibilidad de hacer músicas nuevas, no de repetir las del pasado con sonidos diferentes. Tendría que ser algo como en open source, una idea que proporciona nuevas perspectivas y genera nuevos instrumentos y modos de concebir la creación musical.
Por esta razón considero mi Tarcordium una clase de Manifiesto sonoro y musical. Con este proyecto no se ha probado a modificar o mejorar instrumentos tradicionales, sino que se ha probado de crear un instrumento que genere nuevas prácticas, nuevos lenguajes y nuevos procesos mentales, sonoros y gestuales.
Los sintetizadores modulares analógicos de los años ’50 y ’60 fueron en este sentido una revolución. Aprendimos a crear el sonido “desde cero” con estos instrumentos magníficos. El uso del ordenador en música también fue una revolución. Creo que hoy vamos hacia una síntesis entre lo digital y el analógico. El Tarcordium es un instrumento arcaico, mágico, analógico y táctil de hoy, que vive en simbiosis con la amplificación sofisticada y el procesamiento digital del sonido en tiempo real, con pedales de efecto y ordenadores. En este sentido puede representar un modesto puente, una sugerencia musical hacia el futuro.
TARCORDIUM: Un instrumento arcaico-futurista por Riccardo Massari Spiritini, a excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.