Músicos influyentes: Aphex Twin o el Santo Grial

Foto: Tony Webster
Fetichista por los sonidos nuevos y revolucionario de la cacharrería electrónica, este antaño pequeño Mozart que surgió como embrión del cambio futurista es el portavoz de una suprema música electrónica bailable, experimental, juguetona, agresiva, perversa y reflexiva. Así es Richard D. James, o lo que es lo mismo, Aphex Twin, AFX, Caustic Window, Polygon Window, Mike & Rich, The Dice Man y otros muchos alias, una aglutinante máquina devoradora de polos opuestos porque no es ni padrino de la intelligentsia (IDM), ni mesías de los hijos de obreros con ganas de vanguardia. Este súbdito de Cornualles fue noticia por última vez cuando regresó en 2014 con nuevo material oficial, el disco Syro (se pronuncia Sigh-ro). Por cierto, a saber si las grabaciones fueron grabadas el siglo pasado, aunque esto no importa, porque lo destacable fue su regreso tras años de letargo.
Aphex en Cornualles
El fascinante y primitivo lugar de residencia de Richard obliga a repensar la influencia geográfica y social en el origen de los sonidos propios de muchos músicos y escenas. Ejemplos hay muchos: Manchester (reconvertida en Madchester durante un tiempo), Sheffield, Bristol, Valencia, Dusseldorf, Colonia, Viena o algunos lugares del Benelux, epicentro del EBM y otros sonidos fríos y maquinales. La música de Aphex Twin y su manera de trabajar con los instrumentos seguro que hubiera sido diferente si su marcado acento fuera otro. Una idea, por otra parte, muy braudeliana.
Es tan influyente y abrumadoramente superior, que todos, hasta los más críticos y envalentonados periodistas, se ven abocados a la sumisión. Podrá gustar o no, podrá publicar mejores o peores discos, con deficiencias, o “imperfecciones”, pero lo que si sabemos es que Richard D. James es lo opuesto al músico reformista o sumiso, que vacila ante los cambios sin apostar firmemente por su idea sobre los sonidos y la música electrónica. ¿Que no tiene tacto con la prensa y sus seguidores? Es verdad. No importa. En ocasiones incluso ha rebasado con sus opiniones la línea del respeto; pero este ermitaño y científico (a partes iguales) nunca aceptó imposiciones, ni modas, ni envoltorios que rodean a una industria que genera tanto dinero como poco amor por la música.
De enfant terrible a capo del hipismo cósmico
Antes de que cualquier ser humano pudiera comprar el nuevo disco, apareció por los cielos londinenses un dirigible verdoso con el logo famoso de Aphex Twin. Algo estaba por llegar. Las alarmas empezaron a saltar en todos los rincones con olor a crítico musical. Poco después se confirmaba el rumor con la inclusión del disco para primeras escuchas en algunos de las zonas más peligrosas de internet, esas donde habitan personajes que nadie querría tener por vecino. Pero ¿por qué ocurrió todo esto? Si esto se parecía a una promo de perfumes para élites, o una campaña hipster, el despiste estaba asegurado porque Richard D. James no necesitaba un despliegue de creatividad publicitaria. Él no es el gran Banksy para llenar paredes de edificios en barrios “chungos” con su logo, ni falta que le hace. ¿Se acuerdan de la incógnita sobre la autoría de los trabajos de The Tuss? Eso también fue una buena jugada de despiste y ambigüedad. Al de Cornualles le va la marcha y es muy juguetón.
Años de silencio
Ha transcurrido más de una década desde la publicación de su último álbum (Drukqs). Si no me falla la memoria, 13 años exactamente hasta la publicación de Syro hace ya un par de años aproximadamente, sin contar con las numerosas grabaciones compartidas en alguna cuenta de las redes sociales.
Y solo han podido disfrutar de sus actuaciones a través de directos como DJ en algún festival (Glastonbury, Future Music Festival), pero poco más. El ermitaño ejerciendo su papel sin problema alguno. Solo algunos lumbreras igual de colgados que él han publicado en estos últimos años. El mejor ejemplo es Venetian Snares, un músico absolutamente esencial en todos los sentidos.
A muchos nos ha acompañado con sus melodías, sus crujidos, ritmos quebradizos y sonidos de sanatorio. Todavía recuerdo el impacto que me produjo escuchar en el año de su publicación, Select Ambient 85-92, o el maxi On, una sinfonía ciberdélica a la altura de pocos genios. Es un referente (casi por decreto) aunque él no lo desee, y no importa que publique con numerosos alias, o que no se le vea ni el pelo en las cabinas donde pincha, o incluso que viva en su universo personal donde lo importante es la temática alienígena y cualquier aparato bélico. Aphex Twin ya es historia con mayúsculas, y méritos no le han faltado.
El regreso como fin de una época
Su reaparición, por extraño que pueda parecer, significa otro punto y aparte en su “carrera” musical (si damos por válida la definición de la palabra carrera como momento puntual para liberar material de diverso tipo) que le va a permitir, según sus propias palabras, centrarse en otras cosas. Posiblemente este regreso se convierta en el cierre a un período de su vida como músico. Y seguro que la paternidad influirá en su sensibilidad intuitiva a la hora de crear nuevos mundos sonoros. Como dijo un ex presidente español demasiado protagonista en la vida política actual: “el cambio del cambio“. Y posiblemente el hilo conductor de todo esto ha sido la creación de un nuevo estudio de grabación en Escocia. Syro ha significado el final de ese proceso de cambio de “casa” que ha durado cerca de tres largos años. Pero, ¿ha cambiado realmente su sonido? Habrá que esperar, porque este último disco no nos responde a esta duda. Posiblemente las próximas entregas tengan mucho más que decir al respecto. Eso de grabar en seis estudios diferentes durante cinco años suena a orgía de sonidos.
Genio errático, nuevo idioma y nuevas reglas
Suponemos que su aparente locura y desorden para componer, es parte indispensable, casi genética, de los típicos genios de la música, y el caso de Richard D. James no es distinto al de otros. Habría que estudiar en profundidad a amigos suyos, como el incomprendido Mike Paradinas. Si es errático en su modus operandi como productor, para la mayoría de los mortales todo lo suyo nos parece un perfecto bloque, un armazón sin grietas, sin poros por donde transpirar esa amalgama de ideas contrapuestas que definen las canciones del gemelo de Aphex. Él es un justo renovador de ideas compositivas para la electrónica contemporánea mediante la concepción de nuevas reglas. Se nota a la legua que es muy intuitivo, pero desde una perspectiva del conocimiento. Ya me gustaría a mí asistir a un taller sobre sintes o creación de estudios de grabación. El fin no sería llevarme bajo el brazo un diploma, sino poder hablar su nuevo idioma. De momento me conformo con degustar sus grabaciones.
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Nota:
Este artículo, así como los demás de esta serie dedicada a las vanguardias sonoras en España y otros temas afines, fueron inicialmente publicados en el Blog del experto de FNAC, actualmente desaparecido.
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