Original / Octavia Saxophone Quartet

Estamos en un época significativa para el cuarteto de saxofones: después del auge del instrumento a solo, llega el momento inevitable de consolidación de las formaciones camerísticas relacionadas – ese auge cíclico que repite al pie de la letra el vivido no hace demasiado por las formaciones guitarrísticas y que tan buenos frutos ha dado. Y como en todo proceso circular de esta naturaleza, los excesos del inicio dan pie a procedimientos más maduros en las épocas de asentamiento: un avance como el que muestra el debut discográfico del OCTAVIA SAXOPHONE QUARTET.

A través de un cuidadísimo trabajo musical (no en vano, las obras registradas le han servido al cuarteto para alzarse con numerosos premios internacionales en el ámbito de la interpretación), el cuarteto desgrana un repertorio cuya elección contiene en sí mismo el germen de la conciliación: obras de factura muy reciente de autores contemporáneos consagrados conviven con piezas de corte casi-impresionista escritas en la primera mitad del siglo XX de suerte que el lenguaje más actual resulta por lo general carente de excesos (afortunadamente ha sido superado el momento “post-Londeix” también conocido como “mira-todo-lo-que-puede-hacer-mi-saxofón”, que tan necesario ha sido pero tan mal ha envejecido), y el lenguaje impresionista lo es teñido ya de la apertura estilística que anticipa la segunda mitad del siglo XX. Así, y mediante un cuidado orden en la disposición de las obras que facilitan una escucha cambiante y amena, se intercalan unas con otras partiendo de su primera pista, un Tango Virtuoso del siempre mutante Thierry Escaich, cuya factura a medio camino entre una escritura actual y una posición más clásica (exigida por el hecho mismo de escribir un tango, por supuesto) supone una declaración de intenciones como apertura del disco. En el lado más conservador, Jean Rivier, Gabriel Pierné e Ida Gotkovsky tienden un puente a autores como Piet Swerts o, única representación española, el siempre interesante César Camarero; en el centro de recorrido, el ya citado Escaich repite con otra obra hacia el final del disco, un insólito Le Bal cuya inclusión magnifica la calidad del trabajo de OCTAVIA, siendo su tremenda fuerza rítmica la que aporta un aspecto a veces tan denostado en la creación actual (el trabajo motor, sin más) y que por ello se convierte en una pieza francamente sorprendente en este contexto.

Sobre la relación de compositores en el trabajo, no es necesario establecer aquí ninguna más allá de la expositiva: el registro contiene un estupendo libreto con textos de Ruth de Juan López en el que se realiza una brillante exposición breve de todos ellos y de la naturaleza de las obras interpretadas, lo cual supone motivo suficiente como para obtener una copia física del disco; igualmente, algunos de los autores contemporáneos han tenido a bien escribir algunas palabras ex profeso para la edición, por lo que el resultado en sí se convierte en un fabuloso testimonio sonoro pero también impreso de la música que recoge. Una iniciativa esta que es de agradecer, en un producto cuyos elementos gráficos han sido cuidados en grado sumo bajo el diseño global de arte a cargo de Juantxo de la Calle en base a la fotografía del ya imprescindible Michal Novak, uno de los grandes nombres en la fotografía musical en este país y cuyo oficio garantiza en todo caso un tratamiento de la imagen y el color innovador y de altísima calidad técnica.

Se trata, en definitiva, de un cuidado trabajo poseedor de una calidad artística brillante pero con alcances técnicos también más que notables, con un sonido en su grabación (a cargo de Bertram Kornacher | CABLE MUSICAL) que ha sabido encontrar un compromiso muy difícil de obtener en el registro de música para saxofón: el que se da entre las frecuencias graves del sonido en conflicto con el molesto ruido de llaves que siempre han de ser recortadas en la mesa de mezclas y un uso de la compresión que ha sabido mantener una buena parte de la poderosa dinámica que el cuarteto posee en directo: todos ellos males menores muy bien solucionados pero que recuerdan, una vez más, la necesidad de seguir escuchando música en el entorno del concierto. Ahora, el trabajo queda en manos de los programadores: OCTAVIA SAXOPHONE QUARTET podrá ser una de las formaciones camerísticas más destacables en los próximos años si alguien hace el trabajo de hacerlos llegar al gran público.

Original / OCTAVIA SAXOPHONE QUARTET
Antonio Felipe Belijar, saxofón soprano
David Rubio Martín, saxofón alto
Víctor M. Mansilla Sánchez, saxofón tenor
David Pons Grau, saxofón barítono
CMBK 1539 || DL. M-19967-2015

 

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