Save the Sounds: sonidos en peligro de extinción
Como reza el Estadio Nacional de Chile: “Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro”. En un mundo donde los objetos tecnológicos con tres o más años de antigüedad parecen reliquias prehistóricas, el museo online “of Endangered Sounds” alberga algunos de los sonidos emitidos por objetos de un pasado reciente que en algún momento formaron parte de nuestro día a día.
En la sección “acerca de”, el autor de la página Brendan Chilcutt nos pide que imaginemos un mundo donde “…nunca más pudieras volver a escuchar el sonido de arranque de Windows 95”. Aterrador. O bueno, puede que dé igual. Seguramente al tratarse de algo relativamente reciente y en la esfera sentimental de “mi primera vez” como el sonido de un módem conectándose a internet, nos parezca importante preservarlo. Para aquellas personas cuyas memorias digitales —y no me refiero a la RAM— comiencen con el ADSL, quizá no se emocionen tanto. Yo desde luego no añoro el sonido de dos piedras chocando para hacer un fuego.
También es posible escuchar más allá de los últimos 35 años. Podemos encontrar el sonido de campana de un antiguo teléfono Bell, el chasquido de un teletipo, las explosiones comprimidas de Space Invaders o el graznido cyborg de Pac-Man. La web además permite reproducir más de un sonido a la vez, permitiendo al visitante “componer” sinfonías de un futuro pasado. Sin ir más lejos, al visitar la página, un diálogo de bienvenida nos invita a reproducir todos los sonidos a la vez, “si nos gusta la música industrial”. Como Einstürzende Neubauten pero sin taladrar el suelo del Instituto de Arte Contemporáneo de Londres.
El museo nos invita a viajar a través de nuestros oídos, recordándonos que el sonido es una de las pocas variables constantes en la evolución tecnológica. El sonido como forma de interactuar con los objetos, de percibirlos y recordarlos. Los teclados de pantalla táctil, por ejemplo, emiten un ruido que nos recuerda a las antiguas máquinas de escribir. Buscamos la esencia en la sofisticación.
El autor no quiere que la web termine siendo una novedad graciosa de visitar una vez y olvidarse. Explica que su plan “…de aquí a diez años es completar la recolección de sonidos para el año 2015 y desarrollar durante los siguientes siete años el lenguaje de marcado adecuado que permita reinterpretar el sonido como una composición binaria”. Seguramente siga desarrollando el lenguaje de marcado adecuado. Si no miente, es probable que tenga más sonidos de los que actualmente exhibe en su museo. Mientras tanto, pueden escucharse los 33 que tiene colgados en savethesounds.info.
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