El verano del amor

Se cumplen 50 años del lanzamiento del Sgt. Pepper’s lonely hearts club band, el primer álbum conceptual de la historia de la Pop music. Por primera vez, un disco long play se concebía como una obra unitaria y, además, se recurría en él a la orquesta sinfónica para realzar determinados pasajes. El resultado queda hoy como una piedra angular del pop, pieza singular de un momento en el que la creación sonora vivía una efervescencia inusitada y en donde el movimiento hippy atraía la atención de medio mundo. El Sgt. Pepper’s se edita el 1 de Junio de 1967 y aparece casi como un homenaje a algunos de los artistas más admirados por el cuarteto de Liverpool. En el gran collage de la portada, se puede ver a Karlheinz Stockhausen, justamente el quinto en la fila de arriba (contando desde la izquierda). Se sabe que el grupo mandó a Stockhausen una carta, a través de su representante, Brian Epstein, a comienzos del mes de mayo de ese año, solicitándole permiso para que su rostro apareciera en la portada del disco. No obteniendo respuesta del autor alemán, los Beatles insistieron y, ya con urgencia, le enviaron un telegrama. Stockhausen, que en esos días se encontraba ocupado en conciertos por Estados Unidos y Europa, dió por fin el consentimiento. La admiración de Paul McCartney por el músico venía de algunos años atrás, cuando escuchara en la BBC El canto de  los adolescentes (la pieza electrónica elaborada en la radio de Colonia). El conocimiento de las músicas del ámbito académico, por parte de los integrantes de los Beatles, no era un caso único, pues si en algo se distinguía aquel periodo del pop era por la interrelación que existía entre los distintos campos sonoros. La influencia de un compositor como Varèse en la obra de Frank Zappa es algo que ha trascendido, pero lo que quizás no se sepa es la fuerte presencia de la musique concrète en muchas de las piezas que conforman los tres primeros (y más brillantes) álbumes de los Mothers of Invention. Freak out, Absolutely free y, sobre todo, We’re only in it for the money (cuya portada es una parodia de la del Sgt. Pepper’s) contienen pasajes que parecen haberse realizado en el mismísimo club d’essai de Pierre Schaeffer. Esas piezas concretas se ven dinamizadas por el gusto tan típico de los Mothers por los cambios de registro y por la mirada crítica hacia el american way of life. Los momentos a retener de aquella experiencia de la banda de Zappa son los que aportan un tono casi surrealista, presente ya en los mismos títulos de los temas: Invocation and ritual dance of the young Pumpkin, Nasal retentive Calliope music, The return of the son of the monster magnetic… El delirio que subyace en esta música se extiende a otras obras creadas por las bandas que se daban cita en el área de San Francisco. El Verano del Amor, que en lo estrictamente sonoro se conoce como psicodelia, dejó para la historia un ramillete de piezas de enorme atractivo, entre melodías de corte tradicional y cierto trabajo electroacústico, que aun asombran hoy, sobre todo por concentrarse en un período tan breve de tiempo, de 1966 a 1968.

Lo que hacía diferentes a los Beatles en aquel Verano del Amor, con respecto a sus colegas, era su sentido universalista (All you needs is love se acabaría convirtiendo en un himno internacional). Los Beatles empleaban técnicas electrónicas, que tomaban prestadas a músicos como Stockhausen, para hacer de piezas como Strawberry fields forever o I am the walrus objetos sonoros que rompían las barreras de la canción pop. Sin duda, es el tema Revolution number nine, incluido en el “álbum blanco”, el que más relación guarda con la experiencia electrónica. La banda usaba hasta cien fragmentos de himnos y danzas populares gracias a la técnica del collage. En ese mismo 1967, Stockhausen estrenaba Hymnen, enorme compilación de himnos nacionales de todo el mundo. El empleo de sonidos concretos, emisiones de onda corta, cantos y gritos, sostenían el cuerpo sonoro de una pieza que, al igual que las de los Beatles, nacía con espíritu universalista. Al mismo tiempo que el grupo de Liverpool, que marchara a la India para asistir a las sesiones de meditación del Maharishi Mahesh Yogi con el propósito de airear la propia música con aportes orientales (Within you Without you: la canción de Harrison), Stockhausen concibe Mantra como una “miniatura musical de la Unidad del Cosmos” y Stimmung, como una recreación de la atmósfera serena y misteriosa de ciertas músicas orientales. En esta pieza de carácter meditativo se deja un espacio abierto a la inspiración del intérprete y es aquí donde encontramos el perfil tal vez más definitorio de Stockhausen, para el que la música debía ser tarea de un grupo de improvisadores reunidos con el fin de liberar al sonido de todo poso convencional: la invención y el trabajo grupal, como señas de identidad.

 

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