Y el hielo cayendo a nuestro alrededor
En un paisaje polar un pianista nos ofrece una pieza compuesta con los residuos del minimalismo más comercial, ya muy próximo al chill out, mientras los cortantes riscos de hielo se desploman majestuosos sobre las frías aguas árticas. Podría ser el anuncio de una colonia o, todavía más plausible, de un after shave. Pero no, se trata de una campaña de Greenpeace para concienciar a la humanidad sobre la necesidad de salvar esta zona del planeta. La música que “acaricia” nuestros oídos media para convertirlo en una imagen amable, de un dramatismo medido y digerible para todos. El márquetin cumple con su objetivo: la imagen y el mensaje superficial quedan prendidos en la retina. No nos cuesta imaginar una cantinela sobrevolando el suave fondo musical: “Ved el desastre, así nos cargamos el planeta”. Es necesario concienciar suavemente, sin sustos, sin crudezas incómodas, no vayamos a provocar rechazo. En un mundo donde cualquier telediario nos lleva, sin solución de continuidad, de las visiones detallistas de terribles atentados a bucólicos paisajes, la imagen estetizada del hielo cayendo sobre un armonioso fondo arpegiado es perfecta para ser fijada en la memoria. La paradoja se diluye y la música cumple, en ese contexto, una función difusora esencial al trasmitir, bajo la afectación y el falso dramatismo, una visión descafeinada de la belleza de lo trágico.
Mientras los medios de todo el mundo nos muestran en sus telediarios estas imágenes como un ejemplo de compromiso de la música con los problemas de su tiempo, cualquier otra noticia sobre el arte contemporáneo que no lleve el envoltorio preciso de lo resultón, se ignora sistemáticamente. Por ejemplo, ¿conocemos algún medio español, no especializado, que se haya hecho eco del fallecimiento de Harry Halbreich, uno de los musicólogos más comprometidos con la música del siglo XX? Y hablamos de medios de nuestro país porque Halbreich se ocupó, entre muchos grandes de la música del siglo pasado, de nuestro prematuramente desaparecido Francisco Guerrero. Lo peor: que nos entre la risa sólo de pensar que un medio generalista pudiera ocuparse de algo así. Triste.
De otro compromiso
Y ya que hemos sacado el asunto del compromiso, aprovechamos este espacio editorial para anunciar la salida de la primera de las dos entregas del dossier TRASHUMANCIAS.15. Como anticipamos en nuestro anterior número, se trata de una recopilación de textos realizados en torno a estos Encuentros Interdisciplinares iniciados el pasado año, que llevaron por título “El arte que podríamos hacer… si el compromiso fuera posible”, y que hicimos girar en torno a la figura de Luigi Nono. Gracias a la colaboración con la revista El Cuaderno, ahora una parte importante de estas reflexiones se publican en formato papel.
Así que saludamos la salida de este número 77 de El Cuaderno, en el que se pueden leer los textos de Miguel Casado, Aurora Conde, David Martín López, Alberto Bernal y Josep Lluís Galiana. En septiembre, más.
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