Buzón de sugerencias vol. I
Hace ya más de una década que pisé por primera vez el Centro de Documentación Musical de Andalucía -localizado en la Carrera del Darro de Granada-. Muy pronto, me convertí en usuario habitual de su biblioteca y conseguí ser reconocido como aquel que siempre pedía las partituras de título y formato más raros y de más difícil acceso -confieso que disfrutaba con ello-.
De hecho, había pocas personas -por no decir casi ninguna- que quisieran consultar las obras de Francisco Guerrero o Manuel Hidalgo, compositores cuya música llamaba poderosamente mi atención por aquel entonces. Por extraño que parezca, solo la Biblioteca de este Centro en toda la Comunidad conservaba aquellas partituras para que frikis como yo pidieran que fueran arrancadas de sus polvorientas estanterías tres o cuatro veces -soy andaluz, es normal que exagere- al año.
Pues bien, el Centro de Documentación Musical de Andalucía ha aparecido en los medios de comunicación durante el verano, debido al nombramiento de la persona a cargo de su dirección, Reynaldo Fernández Manzano (Granada, 1959), como nuevo Director de la Alhambra y el Generalife de Granada. Más allá de la falta de transparencia y objetividad que ha mostrado la designación discrecional de Fernández Manzano -del que no cuestiono en ningún caso su competencia profesional- por parte de la Consejera de Cultura, Rosa Aguilar, quiero aprovechar esta tribuna para comentar, brevemente, en qué situación se queda el Centro de Documentación Musical, único órgano público en Andalucía dedicado a la conservación, estudio, promoción y difusión del patrimonio musical -pasado y actual- de nuestra querida región sureña.
Teniendo en cuenta la ostensible confusión de fechas que provoca la información publicada en la prensa, hay que dejar claro que el Centro de Documentación Musical de Andalucía fue creado mediante el Decreto 293/1.987 de 9 de diciembre. En la actualidad, forma parte de la Red de Centros de Documentación y Bibliotecas Especializadas de Andalucía, Red IDEA -Información y Documentación Especializada de Andalucía-, y depende, en primera instancia, de la Dirección General de Innovación Cultural y del Libro, vinculada a la Consejería de Cultura.
Reynaldo Fernández Manzano ha ostentado el cargo de Dirección desde la fundación del Centro, en 1987, hasta este verano de 2015, es decir, durante casi tres décadas -¿es posible que exista algún otro cargo público directivo en nuestro país con una “consolidación” de tal magnitud?-. Salvo tres años, de 2000 a 2003, en los que Fernández Manzano fue Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Granada, siendo sustituido por Esteban Valdivieso (Nador, 1951 – Granada, 2008), este organista y musicólogo granadino ha sido el máximo responsable de la institución, liderando una ingente y encomiable labor de recuperación patrimonial.
Sin embargo, justo ahora, y tras casi treinta años de vida en los que el Centro ha mostrado un interés frágil, sesgado, poco metódico y localista por la creación musical contemporánea, estamos ante la oportunidad histórica -ya que no sabemos cuándo volverá a darse- de que pueda efectuarse un giro en su gestión directiva.
Pero para ello, tendremos que confiar, de nuevo, en nuestra Consejera de Cultura, puesto que de ella -y sólo de ella- depende el nombramiento del nuevo Director o Directora. No existe procedimiento reglado de selección. Así lo estipula el artículo 28 de la Ley 6/85 de 28 de noviembre de Ordenación de la Función Pública de la Junta de Andalucía: “Los eventuales ocuparán los puestos de trabajo a ellos reservados por su carácter de confianza o asesoramiento especial. Serán nombrados y cesados libremente por el Presidente de la Junta de Andalucía o por el Consejero en cuyo Departamento se encuentre integrado el puesto”. Y punto. No existirá ningún concurso público a través del que asuma la Dirección de este Centro la persona con el proyecto musical y cultural más completo. Así ocurre, desgraciadamente, con otras muchas instancias directivas de nuestro Gobierno.
Lo que le pase al Centro de Documentación Musical de Andalucía no será más que una mota de polvo sobre un papel amarillento, colocado detrás de algunos sobres, en una estantería escondida al final del pasillo oscuro y maloliente en el que se ha convertido la gestión política. De hecho, ni siquiera será noticia. Sin embargo, ciudadanxs como yo, interesadxs por la creación musical de nuestro tiempo, nos acercaremos a este Centro -si es posible- a consultar partituras y grabaciones, ya que, a pesar de todo, sigue siendo el único al que acudir al sur del Parque Natural de Despeñaperros.
Pueden llamarme iluso pero creo que el CDOMA podría ser un órgano muy útil no solo para dar a conocer el riquísimo repertorio musical de nuestro pasado, sino también para documentar de una manera certera, sistemática e informada la actual efervescencia sonora de nuestra comunidad y la de otras zonas que mantienen una vívida relación con ella; una efervescencia, asimismo, que surge en el dominio de lo académico tanto como en fuentes creativas alternativas e independientes.
Buzón de sugerencias vol. I por Pedro Ordóñez Eslava, a excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.