Darío Lopérfido, el director artístico que trata de llenar Argentina de ópera

Darío Lopérfido, Director General y Artístico del Teatro Colón, hace un hueco en su muy apretada agenda del invierno austral, es decir, en plena temporada porteña de opera y de conciertos, para responder a Sul Ponticello unas preguntas sobre la programación que ofrece y el compromiso del teatro con la ópera, la danza y la música contemporáneas.

 

Antonio Hernández Nieto: El Teatro Colón es de los pocos teatros de ópera que se encuentra en el hemisferio sur ¿qué tiene que hacer un director artístico para mantenerlo en la primera liga de los teatros de ópera y paso obligado de artistas a nivel internacional?

Darío Lopérfido: El Teatro Colón está en el hemisferio sur, pero a lo largo de toda su historia siempre recibió a grandes artistas y estrenó obras contemporáneas, en muchos casos antes que otras salas importantes de Europa o Estados Unidos. Esto es así desde el siglo diecinueve, y se aplica también al viejo Teatro Colón, al Teatro de la Ópera donde Toscanini dirigió cuatro temporadas a principios del siglo veinte…

El hecho de estar en el hemisferio sur no impidió, en épocas en que las comunicaciones eran mucho menos ágiles que ahora, que los grandes artistas vinieran y que se conociera todo lo nuevo que se producía en materia de música. Esa es justamente la tradición del Colón, que con sus matices se mantuvo, a pesar de los problemas económicos y la inestabilidad de ciertas épocas de la historia argentina.

Hoy un Director Artístico tiene una cantidad importante de herramientas para conectarse con el mundo y las tiene que utilizar. Por ejemplo, nuestras transmisiones en vivo por streaming, democratizan lo que el Colón produce y permite que sea apreciado desde cualquier lugar del mundo.

La otra herramienta fundamental es la cooperación: actualmente soy presidente de Ópera Latinoamérica (OLA), una entidad que nuclea a los teatros de América latina y a la que ya han adherido teatros españoles. Estamos intercambiando producciones con salas de primer orden, por ejemplo el año próximo haremos El caballero de la rosa con el Royal Opera House-Covent Garden, la Metropolitan Opera de New York y el Regio de Turín; Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny con Bogotá y Chile… La conexión con el mundo es permanente y tiene que seguir creciendo.

AHN: ¿Cómo va a concretar lo anterior en la programación de este año y los siguientes que usted estará al frente de la dirección artística?

DL: Este año cerramos la temporada de ópera con la producción de Porgy and Bess firmada por Christine Crouse que viene de la Ópera de Ciudad del Cabo, con un elenco soñado para este título. Y tuvimos el Dido y Eneas de Sasha Waltz, con una orquesta de instrumentos de época de Berlín. Estas producciones conviven con las propias del Teatro Colón, que en sus talleres es capaz de hacer tanto propuestas tradicionales como de vanguardia.

AHN:¿Qué cree que le faltaría para conseguir su objetivo? ¿Por qué?

DL: Estamos trabajando intensamente en lograr que la propuesta artística del Teatro Colón llegue a todos los rincones de la ciudad y a todos los que tengan interés por ella, sin que importe su condición económica ni social. También tendría que hacerse extensivo esto a toda la Argentina.

Hay muchas propuestas para acercar a la gente, y hasta ahora la gente ha respondido estupendamente. Tenemos el abono Colón en Familia con descuento para nuevas familias que se sumen al Teatro, promociones para menores de 35 años, funciones con colegios públicos en el ciclo “Vamos al Colón”, conciertos en los barrios.

Nos preocupa sumar a los más chicos: editamos un libro ilustrado llamado ¿Conocés el Teatro Colón? que se entrega gratuitamente a los chicos que vienen al Teatro. En fin, es una tarea enorme y necesitamos seguir desarrollándola en el tiempo con todas las herramientas que estén a disposición.

AHN: ¿Qué importancia tiene la música contemporánea en el Teatro Colón?

DL: Es fundamental y como le mencionaba, ha sido así históricamente. Este año estrenamos la que es considerada la ópera más compleja de todo el repertorio contemporáneo: Die Soldaten, de Bernd Alois Zimmermann. El año que viene haremos Tres hermanas de Peter Eötvös. Esto es parte de nuestra temporada lírica y se lo ofrecemos a nuestros abonados.

Tenemos un Centro de Experimentación (CETC) en el subsuelo del Teatro y un programa llamado “Colón Contemporáneo”, con el que hicimos, por ejemplo, La vendedora de fósforos de Helmut Lachenmann en la sala principal.

AHN: ¿Tiene previsto el estreno mundial de alguna obra contemporánea de ópera o ballet en los próximos años?

Casi siempre planeamos estrenos mundiales de compositores argentinos, especialmente en el área experimental. Die Soldaten fue estreno iberoamericano, lo que incluye, además de América latina y el Caribe, a España. Tres hermanas, por ejemplo, será estreno iberoamericano.

En ballet tuvimos estrenos mundiales de coreógrafos argentinos, como Bosque de espejos de Constanza Macras, de gran carrera en Alemania, y el año que viene repondremos Rodin, con un lenguaje muy moderno de Boris Eifman. Siempre además tenemos una Noche contemporánea en materia de danza. Y en música instrumental se programan permanentemente estrenos, novedades, tanto absolutas, como locales, u obras que son nuevas para las actuales generaciones porque hace mucho que no se dan.

AHN: ¿Qué tiene que tener una obra contemporánea para que pudiese ser programada en el teatro que dirige?

DL: Debe tener la calidad suficiente para presentarse en un escenario pensado para un repertorio de obras consagradas como el del Colón; mostrarse como algo que en el futuro será un clásico, aunque hoy pueda parecer provocativo o disonante.

AHN: ¿Es fácil atraer a buenos equipos artísticos para las obras contemporáneas programadas?

DL: En nuestro país y específicamente en nuestro Teatro tenemos los mejores elementos técnicos y artísticos para hacer grandes producciones. Die Soldaten, con puesta de un director de escena argentino joven como Pablo Maritano, fue realizada íntegramente en nuestros talleres y en su elencos hubo una buena cantidad de voces argentinas. Es el mejor ejemplo, dada la complejidad enorme de la obra. El Coro fue nuestro, la orquesta fue nuestra… si pudimos hacer esta obra, podemos hacer todo.

AHN: ¿Se puede llenar un teatro tan grande como el Colón con obras contemporáneas? ¿Cómo se hace?

DL: Las cinco funciones de Die Soldaten estuvieron llenas; también cuando hicimos los Estudios para piano de Ligeti o La vendedora de fósforos. Y estas obras suman a un público distinto, en general más joven.

AHN: El Teatro Colón no es exclusivamente un teatro de ópera, también programa ballet, conciertos, incluso espectáculos fundamentalmente teatrales como el próximo de Al Pacino ¿qué aporta toda esta actividad al teatro que dirige?

DL: Nuestro calendario es muy intenso y de manera casi excluyente privilegia la ópera, el ballet y los conciertos. Además se abre a entidades privadas como el Mozarteum Argentino o el ciclo Nuova Harmonia que también traen orquestas y artistas de primer nivel internacional.

El espectáculo de Al Pacino es una producción externa al Colón, no está programado por esta dirección. Hay propuestas de este tipo que se aceptan si se programan en días libres, que son muy pocos, e implican una retribución para el Teatro que le permita seguir cumpliendo con su objetivo fundamental: acerca lo mejor de la música, la ópera y la danza a todos quienes deseen acercarse a disfrutar de ellas.

 

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