Para hacer bien el amor…
A comienzos de julio he tenido la oportunidad de ver publicado Sevilla y la música contemporánea. Estudio de una historia viva, un libro que escribí hace algunos años pero que ha visto la luz ahora (tras una pertinente actualización de las referencias bio-bibiliográficas que utilicé en su momento). El título alude de forma elocuente a su propio contenido: el análisis sistemático de la promoción, difusión y recepción de la creación musical contemporánea en Sevilla desde 1982 a 2013.
No piensen mal. No voy a utilizar este espacio para publicitar un texto propio. Sería mal educado -y muy poco original, por otra parte-.
Sin embargo, querría compartir con ustedes el pronóstico que realicé acerca de la vida musical contemporánea en Sevilla a comienzos de 2007, cuando escribí la versión inicial del texto como parte de mi primera investigación seria, y la dirección real que han tomado los acontecimientos. Quiero hacer esto porque pienso que lo ocurrido en esta ciudad no es un ejemplo aislado sino que muestra lo que desgraciadamente ha sucedido en otras capitales españolas durante los últimos años, en lo que a la promoción y difusión del arte sonoro de nuestro tiempo se refiere.
A mediados de la primera década de este siglo XXI al que tanto le cuesta despertar, fue habitual que en nuestra querida región andaluza -ya saben, esa zona al sur del sur de Europa donde hace calor, se come pescaíto frito y se baila flamenco durante todo el año- se celebraran jornadas y encuentros de diversa índole en los que se promovía la escucha, apreciación, reflexión y análisis de la creación musical contemporánea. A pesar de su condición minoritaria, podríamos decir que estos eventos -realizados en ciudades como Granada, Sevilla, Málaga, Córdoba o Cádiz- gozaban de buena salud y empezaban a conseguir una recepción aceptable por parte del público. Igualmente, y a su amparo, afloraban nuevos grupos musicales dedicados de forma específica a la interpretación del repertorio actual, una circunstancia decisiva para fomentar e impulsar nuevas iniciativas en el campo de la formación instrumental a nivel medio y superior. Esta situación me parecía francamente próspera, allá por 2007 -cuando terminé la primera versión del libro-. Imaginaba un futuro en el que Sevilla -y, junto a ella, el resto de la región- podría ofrecer una manera particular de entender el arte sonoro actual, sin dejar atrás su exquisito pasado musical.
Sin embargo, y tras sólo unos años, hemos comprobado que no pisábamos tierra firme, sino una lámina de hielo a punto de resquebrajarse. Y yo sin percatarme de ello.
Hoy tenemos la impresión de que casi todo lo bueno que podía ocurrirle a la vida musical contemporánea en Andalucía era resultado directo de una intervención pública íntimamente comprometida con su promoción y su difusión. Con el paso del tiempo, dicha intervención ha perdido fuerza e implicación; han desaparecido, a la par, el compromiso y el dinero, dejando un escenario asolado y con el patio de butacas vacío. La crisis económica que nos ahoga ha pasado a ser un argumento irrefutable para justificar la supresión de muchas iniciativas que ya no interesan a nadie.
Pero quizás deberíamos aprovechar esta oportunidad para dejar de mendigar limosnas institucionales; tendríamos que cuestionarnos por qué no existe un público atraído por la creación musical contemporánea y qué parte de responsabilidad tenemos en ello. Porque soy de los que piensan que no basta con dar testimonio de lo que ocurre.
En fin, disculpen este exabrupto pre-vacacional. Sé que les hablo de la realidad musical de unas ciudades localizadas en la periferia cultural española. Al sur no se viene para oír lo que tienen que decirnos unos pocos artistas en desempleo forzado. Al sur se viene para hacer bien el amor; y ahora que llega el mes de agosto, no hay momento mejor, aunque pensándolo bien, tal vez haga demasiado calor incluso para estos menesteres.
Para hacer bien el amor… por Pedro Ordóñez Eslava, a excepción del contenido de terceros y de que se indique lo contrario, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International Licencia.