Encuentros AVLAB. GRS Madrid
Para los noticiarios televisivos españoles, el director de escena se ha convertido en el principal artista. Cada vez que deciden hablar sobre una representación operística, en un teatro español de renombre, el compositor de la obra, la orquesta y su director/a, o los cantantes que participan en su ejecución, pasan a un segundo plano, y si son nombrados siempre de forma transversal y secundaria. Lo importe es cómo viste Don Giovanni, si con chamarra de negro cuero, o si canta con pulcro traje espacial desde el Apolo XII.
La cultura visual lleva impuesta muchos años. Lo sonoro, aquello que nos acompaña en todo momento, incluso cuando dormimos, está relegado a un plano más secundario. Ante esta perspectiva, no es de extrañar las crisis por las cuales están pasando algunas orquestas en nuestro país. Pero si los lugares donde suenan L. V. Beethoven, F. Schubert o el amado J. Sibelius están en crisis, qué cabe pensar de la situación en la cual se encuentra la escena sonora española de vanguardia.
En la historia del ser humano, las grandes urbes siempre han sido las sedes de los grandes avances artísticos. No podríamos entender W. A. Mozart sin Viena, o a Händel sin Londres. Pero todo ello es pasado, dulce y asumido pasado, predecesor de un presente en construcción.
La ciudad de Madrid, y su comunidad autónoma, deben ser en todo momento lugares de referencia para las artes, incluyéndose en dicha palabra la sonora. Debe ser un punto de referencia e impulso para el resto del territorio nacional, doliente por la escasez de espacios y propuestas más allá de lo puramente asumido y convencional. Por ello, urgen unas instituciones comprometidas en potenciar una verdadera cultura de referencia.
En dicho contexto madrileño, muchos artistas sonoros sienten que el panorama adolece de grandes carencias, siendo necesario un nuevo impulso. Estas limitaciones a la creatividad se extienden desde las corrientes más comerciales hasta las menos convencionales, o al límite de aquello que felizmente se ha denominado Arte Sonoro. Pero si las corrientes más populares viven en comunión con el público mayoritario, encontrando ahí su sostén, las estéticas más vanguardistas y progresivas se encuentran en una continua lucha por estar presentes y activas, para alcanzar de esta forma a un público deseoso del reencuentro con ellas en la sala de conciertos.
En la ciudad de Madrid, ha nacido recientemente el GRUPO DE RESISTENCIA SONORA DE MADRID (www.grsmadrid.com), colectivo creado para “trabajar en favor de la difusión cultural de músicas avanzadas, englobando todas aquellas propuestas sonoras que aporten diferenciación, innovación, puntos de rupturas, filosofía y técnicas de trabajo alejadas (o mutadas) de los flujos de producción musical habitual”. Este colectivo lo forman artistas de reconocido prestigio nacional e internacional, y otros nuevos nombres que van entrando en la escena sonora, formado entre todos un grupo heterogéneo que abarca diferentes formas de enfrentarse a la creación: improvisación libre, experimentación electrónica, ruidismo, etc. Por poner algunos nombres y apellidos: Javier Piñango, Maryah Gamboa, Marta Sáinz, David Area, Lucas Bolaño, Juan Antonio Nieto, Almudena Villar, Tomás Gris, Enrique Zaccagnini, etc.
Para convertir Madrid en lugar de encuentro y punto de referencia del arte sonoro español, es necesario crear unos espacios de exposición continua al público. Desde el GRS Madrid se propone una creación de ciclos constantes, con actividades que engloben conciertos, talleres, o cualquier iniciativa que tenga como punto nuclear lo sonoro, siempre en consonancia con la creación más avanzada.
Esta feliz iniciativa se ha materializado en los Encuentros AVLAB, y comenzará su andadura el próximo 23 de abril con un concierto cuyo cartel está formado por tres nombres representativos de la escena sonora actual. Elías Merino, artista sonoro cuyo trabajo gira en torno a la explotación del sonido generado por ordenador, e “interesado en diferentes acercamientos relacionados con el sonido y las artes digitales como la exploración del tiempo, la relación entre el sujeto y la objetualidad, lo sublime, la abstracción, o los objetos sonoros específicos y plurales en espacios multi-monofocales”. Agnès Pe cuyo trabajo sónico va “más allá de los límites” asociados a cualquier género, perpetuándose una actitud de “diversión arrolladora –todo o nada– bajo los parámetros del lo–fi.” Su interés por lo “no–común”, y su constante investigación son señas de identidad de esta musicóloga y artista sonora. El cartel se cierra con Carlos Suero, artista sonoro que comienza su andadura en distintas bandas, antes de dar el paso en solitario en Londres, con un trabajo más electrónico. Su obra se sumerge en una electrónica agresiva y experimental, y con “Godafoss concentrado en el drone y en la vuelta a la experimentación industrial”.
La siguiente cita está fechada para el 21 de mayo, con la actuación de Wade Mathews, Edith Alonso y Joaquín Mendoza. Este primer ciclo se cerrará el 18 de junio, en un concierto donde actuarán Tube Tentacles, Pelayo Arrizabalaga, cerrando con una improvisación colectiva a cargo de nueve miembros de GRS Madrid. Todos los conciertos tendrán lugar en Medialab Prado.
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